Las mujeres asumimos el 8 de marzo con cierta pereza y respeto por las afirmaciones que podemos encontrarnos a lo largo de la jornada.
Lluvia de eslóganes manidos, mucha flor, mucho corazón y un sinfín de ‘felicitaciones’ banales que caen pronto en el olvido. Personalmente, el mensaje más acertado con el que me he topado este 8 de marzo ha sido el siguiente: ‘No nos felicites… Con que no nos insultes, acoses, violes o mates… nos basta’, de Mujeres en Movimiento.
El Día de la Mujer no es motivo de felicitación, es la evidencia de que esta sociedad aún es cómplice de unas distinciones que en pleno siglo XXI no tienen cabida, o no deberían. Si me lo permitís, comentaré con ejemplos este enorme mensaje de Mujeres en Movimiento punto por punto:
No nos insultes
La prensa deportiva, los grupos de Whatsapp, las redes sociales y hasta la mísmisima Real Academia Española insulta diariamente la imagen de la mujer. La objetivización constante incita al poco respeto, a reducirnos a un trozo de carne más o menos atractivo y a la burla.
Cuando Teresa Rodríguez pisó la Cámara de Comercio de Sevilla visitando una exposición como secretaria general de Podemos, un completo desconocido, Manuel Muñoz Medina, empresario y vocal de la Cámara de Comercio, la empujó contra la pared y simuló besarla en los labios.
¿Os imagináis la misma situación con Pablo Iglesias? No. Si una política española con la influencia pertinente con la que cuenta sólo en medios y en redes sociales sufre este INSULTO, ¿qué no pueden estar sufriendo becarias, trabajadoras o estudiantes en su entorno más cercano?
No nos acoses
Hace tiempo la tuitera y columnista @Barbijaputa preguntó a las mujeres de su timeline si alguna vez un desconocido le había mostrado su miembro (pene, polla, verga o como quieran llamarle), en respuesta a un tuitero (hombre, claro) que dudaba que se dieran tantos casos de acoso de este tipo.
La respuesta por parte de las tuiteras fue muy clarividente. No sólo había muchísimos casos, sino que además, a gran parte de ellas les había ocurrido siendo menores de edad.
Contadle, contadle https://t.co/Yo9sdvZzOF
— Barbijaputa (@Barbijaputa) 15 de febrero de 2017
No nos violes
Cinco hombres, entre ellos un proyecto de Guardia Civil, acompañan a una joven de 18 años de vuelta a casa y durante el camino la violan en grupo y graban la gesta con el móvil. Tras la conmoción del primer segundo, las preguntas más deleznables surgieron “¿y por qué se fía?” “seguro que iba borracha” y un largo etcétera vomitivo.
Según el Ministerio del Interior cada ocho horas una mujer es violada en España, pero por el momento la culpa la tiene nuestra vestimenta y no llevar un cartel en mayúsculas que diga NO.
No nos mates
Es tendencia entre el cuñadismo que cuando sucede un asesinato del terrorismo machista se apele al “Hay que endurecer las penas, pero para los dos sexos”. La condena a una acción tan vil como sesgar una vida ya adquiere matices tan despreciables que cansan sólo con leerlas o escucharlas.
Es tendencia contrarrestar una noticia sobre violencia de género adjudicando un papel de víctima al hombre y de lo “indefenso” que éste se encuentra de cara a la ley. Referencias a la custodia compartida, las denuncias falsas y las mujeres que maltratan se extienden entre los cuñados que reclaman un ‘Día Internacional del Hombre’.
Por supuesto que el hombre puede reclamar sus derechos en una situación de desigualdad, lo que da cansancio y mucha lástima es que se aproveche un asesinato, una paliza o una violación de orden de alejamiento como plataforma de estas reivindicaciones. Aquí no hay bandos, hay seres humanos.
Y si este 8 de marzo fuera de verdad ‘nuestro día’ podría conseguir hablar de estos temas sin que me tacharan de radical, feminazi o hembrista, algo que no me ha sido posible ni en el seno de mi propia familia.