Los andalucistas decidieron ayer en Torremolinos la disolución de su partido político porque «ya no es útil». La utilidad, los partidos y los objetivos son siempre elementos inevitablemente complementarios.

Importante reflexión la que deja la muerte política del Partido Andalucista acordada ayer en el que ha sido su último congreso, el décimo séptimo. Ayer subieron de nuevo al estrado líderes históricos como Antonio Ortega, Miguel Ángel Arredonda, Luis Uruñuela o Alejandro Rojas Marcos para decir que el partido, como instrumento político para conseguir un fin, no debía continuar ocupando un espacio político al que, a todas luces, no ha logrado llegar.

«La última decisión del PA debe ser la más dura y la más generosa: morir para permitir que el andalucismo viva», sentenció Antonio Ortega. Y en la misma línea se pronunciaron esos líderes históricos conocedores todos que esa penúltima votación representaba sus propias muertes políticas.

Cualquier persona sensible e inteligente comprende que para unas personas que desde hace medio siglo han dedicado sus vidas a defender una idea y construir una herramienta, la decisión tomada ha debido ser de todo menos fácil. Las lágrimas brotaron de los ojos de aquellos que, aun dando su voto, no podían evitar sentir que gran parte de sus vidas se iba para siempre.

Y pese al dolor se hizo, conscientes de que los objetivos siempre están por encima y sabiendo que, una herramienta que no puede cumplir su objetivo carece, a todas luces, de utilidad plena, por más esa herramienta haya conseguido hacer cosas.

Ahora, una vez que el PA, antes PSA, ya no estará en las cabinas de voto, ahora que Rojas-Marcos o el proyecto político que él, junto a otros, fundó, y que no rivalizará con nadie, tocaría hacer una revisión histórica y sosegada de sus errores, sí, pero también de sus aciertos, que también los hay. Y es que, sencillamente, nadie hace todo mal.

En los tiempos en los que se habla de política de forma despectiva, de casta y de corruptos, el PA ha clavado la pica y diciendo «hasta aquí llegué». Cierra con dignidad y reconoce que lo que importa no es su estructura, sino que lo relevante son sus objetivos. Asumir su propio fin ha sido su último gesto.

Licenciado en Periodismo y Máster en Sociedad, Administración y Política, puso en marcha el 'Proyecto Deguadaíra', germen de Sevilla Actualidad. Ha pasado por El Correo de Andalucía, Radio Sevilla-Cadena...