En Sevilla anualmente pierden la vida entre 200 y 300 personas por muerte súbita cardiaca, de las cuales se podrían salvar entre el 50 y el 70 por ciento usando un desfibrilador.

Los padres de una menor con una cardiopatía del CEIP Federico García Lorca de Dos Hermanas luchan por instalar un desfibrilador en el colegio. El caso ha puesto de relieve la importancia de implantar medidas que beneficien al entorno educativo con riesgo potencial de sufrir una parada cardiorrespiratoria.

El Decreto 22/2012 del 14 de febrero por el que se regula el uso de desfibriladores externos automatizados fuera del ámbito sanitario no incluye a los centros escolares como uno de los espacios obligados a tener estos desfibriladores.

En Sevilla se estima que cada año pierden la vida entre 200 y 300 personas por muerte súbita cardiaca. La única manera de salvar a quien la sufre es interviniendo con un desfibrilador.

Según el director general de la empresa biosanitaria, FYAmedical, Francisco Molina “si la ciudadanía consigue utilizar un desfibrilador a tiempo, se puede salvar entre el 50 y 70 por ciento de las vidas”. Con este objetivo de ampliar la cobertura sanitaria en la comunidad educativa andaluza, esta empresa se ofrece a instalar desfibriladores gratuitos a cambio de dar formación en técnicas de primeros auxilios a padres y madres. Cuantos más sean los padres interesados en recibir esos cursos, mayor será la cobertura en el centro escolar.

De hecho, en comunidades autónomas como el País Vasco es obligatoria la instalación de desfibriladores en los centros escolares que superen el tránsito de 2.000 personas. En países como Francia o EEUU, la formación en primeros auxilios y RCP (Reanimación Cardio Pulmonar) forma parte del currículo académico.