Los pueblos más pequeños y con menos habitantes de Sevilla
Los pueblos más pequeños y con menos habitantes de Sevilla

Dentro de Andalucía, la comunidad autónoma con más población de España, existen pequeños pueblos de Sevilla que no llegan a los 1500 habitantes.

Las causas de la despoblación humana pueden ser la emigración y las bajas tasas de natalidad que conducen al envejecimiento de los que no emigran, con lo cual aumenta la tasa de mortalidad.

Entre los pueblos con menos habitantes se encuentran, de más a menos, los siguientes 10 municipios:

El Ronquillo

A tan solo 20 minutos de la capital se encuentra este municipio de 1431 habitantes, entre dos riveras, en plena naturaleza. Su nombre actual es el diminutivo del apodo con el que fue conocido el propietario de dos ventas, pasando a ser conocida una de ellas con el nombre de Venta del Ronco durante el siglo XV.

A lo largo de la historia, El Ronquillo ha sido elegido como descanso del turista que vaya a disfrutar de su senderismo por la Vía Verde, de su pesca o de sus montañas. Su gastronomía no se queda atrás, destacan sus platos de carne de caza y de setas.

Las calles de este pequeño rincón sevillano están repletas de casas blancas con un centro urbano donde trique la Iglesia del Divino Salvador. Cerca se puede visitar la Venta del Ronco, el primer edificio de la localidad al que debe su nombre.

En la Ermita de Gracia, rodeada de pinos centenarios, se encuentra la patrona muy venerada por los ronquilleros. En el pueblo también hay dos esculturas en homenaje a las antiguas profesiones de los vecinos: el cisquero y el bellotero.

Almadén de la Plata

Almadén de la Plata es un pueblo serrano que recoge un total de 1331 habitantes. Este municipio se encuentra en Sierra Morena y ofrece actividades de barranquismo, caza, senderismo, pesca, etc. Se encuentra, asimismo, el mejor observatorio astronómico de España.

Los orígenes de Almacén de la Plata proceden de la época romana dedicada al laboreo de canteras de mármol, minas de hierro, cobre y plata. Se denominó Almedín Baltat (las minas de la calzada) en la época musulmana y, tras la conquista bajo reinado de Fernando III, le concedieron escudo propio con el castillo y el león.

Posee seis senderos dentro del Parque Natural de la Sierra Norte donde se encuentran restos arqueológicos como la necrópolis de la Edad de Bronce en la finca de La Traviesa o las canteras romanas de Los Covachos. En su gastronomía destaca sus jamones y embutidos ibéricos, carne de caza, setas y melosa.

La Torre del Reloj es un momento del siglo XVI que albergó el hospital de Los Angeles, más tarde pasó a ser una ermita y luego se utilizó para las dependencias municipales. Fue declarado en 2007 como Bien de Interés Cultural. La Iglesia de Santa María de Gracia es el templo principal del pueblo de estilo renacentista y barroco.

Algámitas

El pueblo de Algámitas, que posee 1253 habitantes, ya tenía población humana en el Neolítico por los restos de hachas de piedra pulimentada encontrados.

Según la opinión generalizada de la fundación de Algámitas, su origen está en un poblado túrdulo que tenía asentamiento desde Pruna hasta cerca del río Corbones, recibiendo el nombre de Callet. Se la llamó, en la época romana, Silicens como alusión a su curiosa tipografía. Mientras que en la época musulmana, Algamitas era una arquería o aldea rural, agrícola y ganadera.

El municipio se encuentra en la Sierra Sur de Sevilla a los pies del Peñón. En él se halla el pico del Terril, el punto más alto de la provincia de Sevilla. Su gastronomía destaca por sus chicharrones que sus distinguidos por su sabor, así como el aceite de oliva, la tortilla de espárragos, la porra y la sopa de tomares hervida.

En su centro urbano se encuentra la Iglesia del Dulce Nombre de Jesús, templo el siglo XVIII. Sin embargo, este municipio sobresale por su entorno natural. El Peñón de Algámitas posee un complejo turístico donde se pueden realizar diversas actividades como tiro con arco y rutas de senderismo o bicicleta. Un lugar menos conocido es el Bosque de las Hadas, un sendero muy agradable, o la Ruta de los Bandoleros.

Coripe

El origen de este municipio, de 1241 habitantes, se remonta a la primitiva Irippo, fundada por los túrdulos entre los siglos VI y IV a.C. Sin embargo, fueron los romanos quienes le cambiaron el nombre a Coripo, de donde deriva su actual nombre.

Durante un tiempo, fue zona fronteriza entre el reino cristiano y el reino de Granada. Destaca, de la presencia musulmana en Coripe, la torre defensiva construida entre los siglos IX y XI.

El mayor encanto de este pueblo de Sevilla es su entorno natural con la Vía Verde de la Sierra, un antiguo trazado ferroviario cuyas obras nunca se terminaron y, actualmente, es uno de los senderos más premiados de España. En la zona se encuentra la encina más longeva de la provincia con más de 700 años: el chaparro de la Vega. La gastronomía serrana se completa a base de guisos, espárragos y tagarninas.

Los sitios más contemplados de Coripe son la Iglesia de San Pedro y su entorno natural de la Vía Verde de la Sierra. Este senderismo consta de 38 kilómetros que discurren entre Coripe, Puerto Serrano y Olvera. También se encuentra la estación de Coripe, habilitada como hotel restaurante. A tan solo tres kilómetros se encuentra el monumento natural más importante del pueblo: el chaparro de la Vega.

Villanueva de San Juan

Este municipio, de actualmente 1076 habitantes, ya existía en el Paleolítico debido al descubrimiento de hachas y otros objetos de piedra. La zona se encontraba situada en la Banda Morisca, entre los reinos cristianos y musulmanes.

Tras la Guerra de la Independencia, Villanueva de San Juan luchó para separarse del Ayuntamiento de la villa de Osuna, a la que pertenecía, y lo consigue en 1835.

El pequeño pueblo se encuentra en la Sierra Sur de Sevilla, rodeado de montañas donde se puede recorrer sus rutas naturales y descubrir el entorno del Arroyo de las Mujeres. Entre sus fiestas destaca la Fiesta del Huerto, el Domingo de Resurrección, donde la plaza se convierte en una granja, con animales y productos de la tierra para festejar la Pascua.

La Iglesia Parroquial de San Juan Bautista es un templo, en la Plaza de la Iglesia, del siglo XVIII que conserva el primitivo retablo de San Pablo Miki. El rincón más característico es el Arco de la Calzada, que formaba parte de la antigua muralla del municipio. Lo que más destaca es su entorno natural, donde se encuentra el Puente de los Seis Ojos sobre el río Corbones.

Lora de Estepa

Este municipio cuenta con 845 habitantes y sus orígenes se remontan a la época prerromana. Esto es comprobado por la existencia de abundantes restos paleolíticos como las cuevas calcolíticas, hachas, a vasijas e iconos funerarios.

Durante la época romana se estableció un núcleo de población mayor llamado Olaura, sin embargo, solo ha permanecido un pozo votivo, el puente del camino de Casariche, inscripciones, lápidas y mosaicos de una villa. En la época musulmana se empleó un sistema de riego que considero a Lora como un autentico vergel introduciendo especies como el tomillo y el romero.

Este pueblo posee uno de los mejores aceites de oliva de la provincia de Sevilla, premiado en numerosas ocasiones. Es recomendable, asimismo, realizar alguna de las diversas rutas y descansar en El Monumento, la plaza del pueblo, presidido por la cultura del Sagrado Corazón.

Lo más curioso es que en este municipio ose encuentran los restos del palacio de Juan de Córdoba Centurión, hijo del marqués de Estepa. Este fundó, en su propia casa, el primer museo arqueológico de Andalucía.

El Garrobo

La historia de este pueblo, de tan solo 812 habitantes, siempre ha estado unida con la de El Castillo de las Guardas, al que pertenecía como aldea. Los primeros indicios de asentamiento humano en El Garrobo son del periodo calcolítico donde se encuentran dos enterramientos megalíticos como el Dolmen del Toril y el Túmulo del cerro Cabeza del Moro.

El municipio comenzó un lento desarrollo tras la dominación musulmana, sin embargo, fue edificado y poblado en 1500.

Esta pequeña localidad, bañado por los ríos Guadiamar y Rivera de Huelva, ha sido siempre lugar de paso en la antigua Vía de la Plata. Sus especialidades culinarias son el pastoreo, el menudo y el guiso. Los platos son elaborados con carne de raza y cerdo ibérico.

Se puede visitar la Iglesia Parroquial de la Concepción el cual albergar a la Virgen de la Estrella, patrona de El Garrobo. El Ayuntamiento se encuentra en el centro del pueblo ,La Plaza de la Constitución. Algo que sigue conservando El Garrobo son los antiguos lavaderos donde, antiguamente, iban las mujeres a lavar a mano la ropa. A pesar de ello, lo mejor de esta localidad es su naturaleza y sus rutas senderistas.

Castilleja del Campo

Al oeste del Guadiamar, se encuentra el pueblo con menos habitantes del Aljarafe, es decir, de apenas 633 habitantes.

El origen de este pueblo es romano según numerosos descubrimientos cerámicos y tumbas encontradas, cómo tégulas, ladrillos y restos de construcciones y pavimentos. Asimismo, se han encontrado mosaicos geométricos policromados, pequeñas esculturas de bronces y diversas muestras de terra sigilata. Fue un punto de defensa frente a incursiones cristianas gracias a las alquerías que poseía.

Es una localidad de tradición repostera donde sus dulces tienen gran fama por su calidad como sus roscos de petaca. El queso es también muy adquirido, ya que es elaborado de manera artesanal en un local desde hace más de 40 años. Lo mejor en su gastronomía es el potaje, la caldereta de cordero y el tostón con sardinas.

En Castilleja del Campo se puede visitar la Iglesia de San Miguel de Arcángel, templo de origen barroco presidido por el patrón del pueblo, San Miguel Arcángel y su patrona, la Virgen del Buen Suceso. Según la leyenda, el escultor se inspiro en una joven de la que se había enamorado para hacer dicha imagen. Otra parada obligada es el Museo de aperos de Labranza, donde se pueden ver las herramientas que se utilizaban en el trabajo agrícola.

San Nicolás del Puerto

Este pueblo ubicado en el corazón del Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla, recoge tan solo 608 habitantes. Esta ofrece una gran tranquilidad junto a la montaña y el disfrute de una playa artificial creada por las aguas del río Galindón a su paso por el pueblo.

Los orígenes de este municipio se remontan a la época de los celtas, que establecieron en el lugar un asentamiento denominado Iporci. Por otro lado, los romanos dejaron en el pueblo el peculiar puente de piedra sobre el río Galindón. La actual San Nicolás del Puerto pasó ser de los árabes en el siglo VIII y fueron los artífices del progreso local gracias a la explotación de sus minas de plata.

En cuanto a su gastronomía, se puede gozar de una cocina serrana, a base de carne de caza y derivados del cerdo ibérico.

En el centro de San Nicolás del Puerto se encuentra la Iglesia de San Sebastián, en la Plaza de España, un templo mudéjar del siglo XV. La playa artificial se puede ver desde el puente romano del río Galindón. También se puede ver la Ermita de San Diego, de estilo mudéjar, el cual alberga la imagen del patrón de la Villa. Sin embargo, lo más característico de este municipio es el Monumento Natural Cascadas del Huéznar, en la Vía Verde de la Sierra Norte. Otra ruta es la del Cerro del hierro, donde se puede ver este Monumento Natural de formaciones kársticas.

El Madroño

El Madroño, es el pueblo más pequeño y con menos habitantes de Sevilla con un total de 300 habitantes. El nombre de este municipio viene de la cantidad de madroños que hay en su entorno. La poca cantidad de habitantes permite que sus costumbres sigan siendo muy arraigadas.

Una de sus fiestas tradicionales es la celebración de la independencia de El Castillo de las Guardas, al que perteneció hasta 1921. Sin embargo, lo más hermoso de este pueblo es su entorno natural, como los grabados rupestres en el Cerro de El Riscal o el Monumento Natural de la Encina de los Perros, un árbol enorme cuya sombra alcanza los 600 m2.

El origen de El Madroño se remonta a tiempos prehistóricos debido a la existencia de restos arqueológicos. La Ruta de la Plata era la principal vía de intercambio cultural con los pueblos de la meseta peninsular. Estos restos, hallados en el Cerro de El Riscal presenta unos grabados rupestres considerados como los petroglifos más importantes de la provincia de Sevilla.

En El Madroño se encuentra la Iglesia de San Blas donde se alberga el patrón de la Villa. Otro monumento de su patrimonio es la Capilla de las Cruces dónde se encuentran la Cruz de Arriba y la Cruz de Abajo, las cruces de las festividades tradicionales. Lo más curioso de este municipio es su ruta senderista, la cual recorre las cuatro aldeas del municipio o, simplemente, ir a ver el Monumento Natural de la Encina de los Perros.