Para Ana Langeheldt pintar murales es una forma de vivir o, más bien, de sobrevivir como artista multidisciplicar. Destaca en trabajos de ilustración y pintura y hace bien poco sorprendió con la representación de su abuela Carmen, en plena calle Sol, con un litro de cerveza gigante entres sus manos.

«Llevaba mucho tiempo queriendo pintar a mi abuela Carmen y lo vi claro en la calle Sol. Ella era un sol sin duda. En la fotografía que usé de referencia sostenía a mi sobrina, pero como ella era muy guasona y nos entendíamos muy bien en este idioma, decidí cambiar al bebé por un botellín glacial XXXL, ya que era su debilidad el servesón bien fresquito», afirma. En este mural, Ana sacó lo mejor versión de su abuela y de ella misma.

CONTENIDO EXCLUSIVO

Puedes hacerte socio o registrarte gratis

Si estás registrado o eres socio inicia sesión