Salvador Muñiz, trabajador de Lipasam y vecino de La Candelaria que mantiene limpio el barrio y el entorno de la parroquia. Miguel Salvatierra.

Salvador Muñiz Román tiene 47 años y es vecino de La Candelaria. Trabaja en Lipasam desde hace casi 27 y hace tres donó uno de sus riñones a su mujer, Carmen María Álvarez López. Tiene tres hijos, y el menor de ellos de once años, tiene un trastorno de espectro autista, con hiperactividad y un grave problema de lenguaje.

Esta semana será el encargado de mantener limpio el entorno de la parroquia de La Candelaria, la segunda de las que visitará el Señor del Gran Poder en la Misión Evangelizadora que viene realizando en Tres Barrios. «Mi jefe sabía que vivo aquí y me ha encomendado que las calles estén impolutas mientras el Señor esté aquí», cuenta ilusionado mientras continúa barriendo la acera frente a la parroquia.

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Periodista 'todoterreno'. Enamorado del balompié y de sus variantes. Apasionado por conocer. 'El fútbol es la cosa más importante de las menos importantes'. Arrigo Sacchi.