El Sevilla FC sólo pudo sumar un punto en la tarde de este domingo ante un Getafe que no lo puso nada fácil a lo largo de los 90 minutos. Aunque Muriel hizo lo más difícil en el minuto 72, el descuento iba a ser fatal para los de Montella, que vieron como Ángel aprovechaba una polémica acción para batir a un desequilibrado Sergio Rico y poner el definitivo 1-1.

No comenzó siendo un partido cómodo y la incomodidad se reflejó en el regusto final. Después de remar lo indecible ante un aguerrido Getafe, un tanto de Muriel parecía darle la cuarta victoria consecutiva al Sevilla FC. Sin embargo, una polémica acción en el tiempo de alargue iba a darle al equipo madrileño un punto sobre la hora, motivando un reparto de puntos tan injusto como insuficiente para los de Montella. Un mal trago que tocará dejar atrás por obligación y pensando ya en la Copa del Rey.

Desde el inicio del partido ya se vio que el guión tendría que ser diferente al de las últimas victorias ante el Atlético o el Espanyol. A diferencia de esos equipos, el Getafe no estaba dispuesto a arriesgar y tendría que ser el Sevilla el que debiera mojarse para sacar los tres puntos. Los azulones permanecían pertrechados en campo propio a la espera de cualquier error, momento en el que activaban la velocidad de Amath, Ángel o el japonés Gaku para intentar sorprender al contragolpe. Y bien es cierto que en alguna ocasión lograron su propósito, pero sin que por ello los de Montella dejasen de llevar la batuta y una mayor peligrosidad a la meta rival que la de su contrincante. Eso sí, hubo que quemar prácticamente la mitad del primer tiempo para que se comenzaran a suceder las ocasiones.

En el minuto 24 fue Amath el que la tuvo finalizando un contraataque, pero el sutil toque de su marcador evitó que el balón se colase por el segundo palo. Antunes probó seguidamente con un lejano centro chut, pero la respuesta nervionense no se iba a hacer esperar. Fue Ben Yedder, gran novedad en el once, el que cabeceó en plancha un centro desde la derecha de Jesús Navas. Por desgracia, el balón salió a centímetros del palo izquierdo de la meta de Guaita. A la media hora de juego se pidió de forma vehemente un penalti por manos, tras un nuevo centro del palaciego en este caso rematado por Sarabia. No lo vio así Alberola Rojas, en una primera parte que acabó con el Sevilla intentando empujar mientras los madrileños se resistían buscando ya más fuerzas tras el descanso.

La segunda parte no parecía tomar un rumbo muy distinto, con la diferencia de que los azulones seguían igual de aguerridos atrás pero bastante menos optimistas en cuanto al ataque. Montella lo vio claro y optó por Muriel para intentar dar la necesaria vuelta de tuerca y sustituyó a Ben Yedder, que tuvo las suyas pero no consiguió ver portería. Y nada más salir, el cafetero protagonizó una gran acción desde la izquierda para habilitar a Sarabia, que cabeceó cruzado a apenas milímetros del poste de la meta de Guaita. Los nervionenses ya no escondían su superioridad y para buscar más mordiente Montella volvió a mover el banquillo. Un Franco Vázquez ya sin gasolina dejaba su sitio al sanluqueño Nolito.

Cuatro minutos después, por fin, llegaba el premio. El propio Nolito vio entre líneas a Sarabia en la derecha. El madrileño, sin oposición, puso el pase de la muerte y allí estaba Muriel, que en escorzo conseguía zafarse de su par y batir por bajo a Guaita para hacer el primero. Con algo más de 15 minutos por delante estaba hecho lo más difícil, pero no iba a ser suficiente. En el tiempo de alargue iba a llegar un auténtico mazazo en forma de gol, tras un salto de Cala con Sergio Rico que el colegiado no ve irreglamentario. El meta, desequilibrado, sólo acierta a dejarla muerta y Ángel, que llegaba solo, remata a puerta vacía para equilibrar de nuevo el choque.

Dos puntos que vuelan del Ramón Sánchez-Pizjuán cuando parecía imposible y que impiden seguir la estela del Villarreal en busca de la quinta plaza. Además el Valencia, que no sumó en Mestalla ante el Real Madrid, sigue a siete puntos. Pese al doloroso guión, no queda otra que resetear y pensar en el miércoles, cuando comenzará a abrirse la posibilidad de alcanzar una nueva final.