El Sevilla da la de cal en el Wanda y se apunta un meritorio triunfo que además de poner las semifinales a tiro supone un golpe anímico fundamental para enderezar el rumbo

Pintaba mal, muy mal, el partido de esta noche en el Wanda Metropolitano para el Sevilla FC. El equipo comparecía en territorio colchonero arrastrando una nefasta racha de resultados negativos en Liga y enfrente esperaba un equipo en plena forma como el Atlético de Madrid. Sobre el papel era difícil apuntar a algo positivo, pero el Sevilla sacó su mejor cara justo en el escenario y el momento más complicado y se apuntó un triunfo importantísimo, con remontada incluida, que, además de poner cerca de las semifinales de Copa del Rey, llena de moral para el futuro.

Cosas del fútbol, el Sevilla FC dio una encomiable muestra de fortaleza justamente en el lugar donde menos se podía esperar. A decir verdad el equipo de Vincenco Montella lo hizo casi todo bien. Aguantó el fuerte arranque local, en parte gracias a varias intervenciones providenciales de Sergio Rico, y cuando se sacudió el empuje inicial se vino arriba, presionó de forma efectiva y salió a la contra con varias ocasiones, fundamentalmente dos de Correa, una de ellas un mano a mano ante Moyá, en las que rozó el 0-1. El Atlético replicó, claro, pero el Sevilla nunca se achicó y de hecho Escudero con un trallazo lejano a punto estuvo de lograr uno de los goles de la temporada, salvando Moyá con una mano sensacional.

En la reanudación el partido continuó por los mismos derroteros. El Sevilla no quitaba el pie del acelerador en la presión y salía con el balón jugado con mucha claridad, dando la sensación de que si de verdad quería podía. Pero el Atlético poco a poco, fundamentalmente con saques de esquinas y faltas, metió a los nervionenses en su área y a 18 del final Diego Costa hizo dianacon un zurdazo cruzado imparable.

Con el gol colchonero lo lógico era esperar poco o nada del partido, pero lejos de diluirse el equipo de Nervión, ya con Navas en el campo, le dio la vuelta a la tortilla. El empate vino de un centro de Navas que tocó Lucas y despejó hacia atrás Moyá. Con el 1-1 y el Atlético volcado arriba, Montella olió la sangre y puso en el campo a Ben Yedder por Muriel. El francés en una contra casi perfecta dejó solo a Correa y el argentino superó a Moyá.

El gol de Correa fue mucho más que un gol y así se pudo ver en los rostros de unos futbolistas que después de un mes de resultados nefastos sentían que consumaban una notable hombrada en un escenario donde casi nadie podía pensar en un desenlace positivo. Subidón en toda regla, pero sobre todo aire nuevo para un equipo que en el Wanda Metropolitano se demostró a sí mismo que vale mucho más de lo que ha demostrado en las últimas cinco jornadas de Liga.