Es el sevillista del momento. Su partido ante el Atlético de Madrid y su gol ante Burundi con su selección apuntan a renacer futbolístico. Desde el club siempre han confiado en él, pero ahora se añade además que es él mismo, con su vida en orden, el que confía en él. Liberado de preocupaciones, Ndric Romaric se confiesa.
Sara Domínguez/Sevilla Actualidad. Su capacidad, su estado de forma, su compromiso con el equipo… Todo eso y más se le ha cuestionado a Romaric, viendo, como se veía cada domingo, su escaso rendimiento deportivo. Eso le llevó al divorcio con la afición, que se desesperaba con él. Sin embargo, siempre ha tenido valedores. El primero Monchi, que se lo trajo por una nada despreciable cantidad de dinero; luego Jiménez; y ahora, también Manzano.
«Me imagino que hay muchas cosas que influyen a la hora de jugar. Vivo un momento muy bueno, y no lo digo sólo por el fútbol. Mi hijo se ha venido a vivir a Sevilla conmigo y mi novia… me ayuda con muchas cosas que antes eran problemáticas», dice el mediocentro, en una entrevista concedida a ABC de Sevilla. Ella, su novia, le ayuda en otro terreno clave para Romaric: «En la alimentación me dejo llevar por mi novia. Es modelo y tiene que cuidarse», dice entre risas.
Y es que el orden en su propia vida ha sido determinante para su renacer, más incluso que ‘la mano de Manzano’: «He tenido muchos problemas. A mí me robaron dos coches, me han engañado de una manera increíble… Hay cosas muy fuertes, incluso me falsificaron mi firma…». Con tal viento a favor, Romaric se ve triunfando en el Sevilla: «Yo creo que sí. Tengo la obligación».