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Los jugadores del Sevilla celebra un gol en la Champions

El Sevilla de Berizzo debe hacer efectiva su superioridad ante los eslovenos, un equipo siempre intenso que no deja de pelear hasta el final y llega sin complejos a Nervión. Al Sevilla de Emery le costó doblegarlo en 2014 (4-3 en el cómputo global)

La Liga de Campeones bien merece una noche mágica en el Sánchez-Pizjuán. El coliseo nervionense abre de nuevo sus puertas -por tercer año consecutivo- para iniciar en casa su primer compromiso en la fase del grupo E, tras el importante empate enAnfield (2-2) ante el Liverpool. Con independencia del rival de turno -el NK Maribor-, la cita es fundamental para los de Berizzo, que deben ir ahormando el actual proyecto desde la base de los buenos resultados. Algo que está manteniendo con nota alta, pese al tropiezo liguero en el Metropolitano.

La cita es clave para levantarse y reforzar el carácter del plantel, que debe cultivar el gen nervionense por excelencia y aplicarlo a su modus vivendi cotidiano. Buena piedra de toque va ser este equipo de Eslovenia -país en alza en lo deportivo- que imprime a su juego una intensidad de élite, al margen de sus prestaciones futbolísticas, mostrándose muy competitivo en sus duelos. Dicha intensidad, por tanto, debe ser el primer pulso que ganen los sevillistas.

Desde el prisma blanquirojo no cabe otro escenario que el triunfo claro para mantener el liderato del grupo, tras saber sobreponerse en Anfield a las dificultades y dar el último golpe en una cita en la pudo dar dos veces y traerse incluso la victoria. En consecuencia, otro aspecto que el Sevilla FC tiene que ofrecer en este segundo duelo europeo es una mayor pegada, como secuela evidente de su producción de juego. Hacer causa del efecto de su empuje. El rival -a su nivel- ha mostrado por su parte ser un equipo fiable; es decir, también gana bastante en sus partidos (han sido este curso 20 citas oficiales en todas las competiciones con una sola derrota). En Europa, en la 3ª fase, ganó al islandés Hafnarfjördur por 1-0 los dos choques y en el play off al israelí Hapoel por 1-0 en casa, perdiendo 2-1 (su única derrota) en Israel, aunque el gol en campo ajeno le dio el pase a la actual fase de grupos.

El referente entre ambos equipos en Europa fue en febrero de 2014 en la tercera UEL que acabó ganando el Sevilla FC. Empate 2-2 en Eslovenia (goles de Gameiro y Fazio) y mínimo 2-1 en Nervión (Reyes y Gameiro) con gol de Vrsic en el descuento que reflejaba la insistencia visitante y la lección de que no se puede bajar la guardia hasta el pitido final (4-3 global). El buen dato del Sevilla en Champions es que ha ganado en casa en 11 de sus 15 duelos, con un empate y tres derrotas; siempre (en los 15) marcó el cuadro local. El equipo esloveno participó tres veces en la fase de grupos de la Champions pero nunca la superó, venciendo solo una vez en casa (1-0) de sus 13 citas disputadas. A domicilio solo marcó tres goles en seis partidos.

La gran cita Champions de este martes debe ser un revulsivo para el Sevilla de Berizzo que, con el chip de la Champions en mente, debe mostrar todo el carácter, la intensidad, el juego y la pegada que requiere un reto europeo. Como el compromiso y la actitud del equipo se le suponen, la versión tiene que ajustarse más a lo que se espera de un plantel competitivo y una de calidad contrastada.

Si contabilizamos el play off que dio el pase a la actual fase de grupos, Escudero y Ben Yedder firmaron la victoria (1-2) en Turquía; los mismos goleadores del 2-2 en la vuelta de Nervión. El galo repitió en Anfield y Correa cerró el importante empate en terreno inglés. Para darle valor a dichas tablas, la cita de esta noche no puede tener otro resultado que la victoria nervionense. Aunque el rival viene sin complejos, el Sevilla de Champions debe ser el protagonista principal y el sevillismo insuflar el viento a favor que impulse hacia el triunfo.