Los jugadores del Sevilla celebran uno de los goles/SevillaFC

El Sánchez Pizjuán rugía, el ambiente de partidos anteriores había desaparecido, la alegría y los cánticos habían vuelto de sus vacaciones y Nervión vuelve a oler a victoria.

Guía Blasco. No costó mucho saber quién mandaba en el enfrentamiento, los de Manzano salían con todas sus fuerzas al terreno de juego convencidos de que los tres puntos tenían que volver con ellos al vestuario.

Y así ha sido, tan sólo bastaron 35 minutos para que los goles aterrizaran en el Sánchez Pijuán en las botas de Negredo y de Perotti. Dos golazos que se buscaban un amigo más en la segunda parte (3-0).

Los de Quique Sánchez saltaban al terreno de juego en la segunda parte asustando a los locales. Con los cambios y herido por el tercero de Kanouté, el Atleti consiguió despertar, pero, fue demasiado tarde. Diego Costa dio otro aire al equipo. Estuvo incisivo, peleón, contante, guerrero y acertado. Todo lo contrario a un extraño y apático Forlán.

Manzano aportó más argumentos para conseguir la victoria y para debutar positivamente en casa. Así se ha consumido el encuentro, por historia y peso uno de los mejores de nuestra liga. No defraudó, ni el partido, ni el duelo táctico y ya no dialéctico entre Quique y Manzano.

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