No hay tiempo para lamentaciones/realfederación

El Sevilla no pudo aprovechar su ventaja en la ida de la Supercopa de España, y fue sumiso ante con un campeón de Liga dominador en todo momento. El Barça sigue dando lecciones de fútbol y dejando a sus rivales con pocas opciones. Con sus ocho campeones del mundo, se proclamó campeón de la Supercopa de España.

Sara Domínguez. No fue sorpresivo el resultado final, viendo como comenzó el partido. El Sevilla aparecía replegado en su terreno, asesiado por los culés y, literalmente, aguantando el tirón. Los blanquirrojos no supieron lo que era el balón sino para despejarlo, dejando todas las esperanzas depositadas en las actuaciones de la defensa y el portero. Y la zaga nervionense no es brillante precisamente, hasta el punto de que lo se veía venir por méritos propios culés, vino por deméritos sevillistas. Fue Konko el que despejó un tiro de Leo Messi… directamente a las mallas.

Y así, con nada destacable del Sevilla en un monólogo culé, llegó el primero de Letal Messi, después de un muy buen pase de toda una institución blaugrana, Xavi Hernández. Se consumaba la remontada, y el Sevilla dejaba ir la Supercopa de España sin morir matando precisamente.

Sirvió, eso sí, para salir de la madriguera. El conjunto de Nervión trató de jugarla más arriba, aunque sus intentos se traducían en poca eficacia. En esas estábamos cuando el ex sevillista Daniel Alves entra velozmente por la banda (por algo le llamaron «MotoGP») y la pone para un Leo Messi que no perdona nada. Por suerte para el Sevilla, minutos después llegó el descanso, al que el Barça se iba con la copa prácticamente a puesta en sus vitrinas.

Tras la reanudación, llegó el momento de Cigarini, Perotti y Luis Fabiano, con los que el Sevilla iba a intentar buscar los pases en profundidad y las cabalgadas por la banda buscando a sus delanteros. Hubo atisbos de éxito en los cambios, pero los Xavi, Iniesta, Messi y Villa (este último con muchas ganas de estrenarse como goleador culé) no lo permitieron.

El Sevilla tuvo la ocasión más clara del partido en esta segunda parte, cuando Navas y Negredo, en posición reglamentaria, se quedan solos ante Victor Valdés. Los sevillistas, que no se entendieron, se cruzan entre sí y dejan el balón rodar tranquilamente por el campo. Una ocasión desaprovechada. Minutos después, llegaba el tercer tanto de Leo Messi (otra vez él), después de una dejada atrás de Andrés Iniesta. El Camp Nou entonaba el «Campeones, campeones».

Con la Supercopa de España en Barcelona, el Sevilla se queda sin tiempo para lamentaciones. Ahora deben poner la mente en el martes, donde serán ellos quienes tengan que remontar una ida desfavorable en Braga. Para entonces, mejor olvidar estos dos últimos partidos, antes de que la mala racha se convierta en tragedia.

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