Los jugadores sevillistas celebrando el título copero con su afición / SevillaFC

Las calles de Sevilla se encontraban hasta la bandera de aficionados sevillistas para celebrar junto con sus estrellas el título copero conseguido la noche del miércoles en el Camp Nou.

Sevilla Actualidad. Miles de sevillistas acompañaron al equipo en su trayecto desde el estadio a la Catedral y el Ayuntamiento, que duró casi cuatro horas. A las siete de la tarde tuvo lugar la salida, desde el Estadio Ramón Sanchez Pizjuán, del autobús descapotable del Sevilla FC, con los campeones y el Consejo de Administración en pleno, hacia el corazón de la ciudad hispalense.

Los aficionados que abarrotaban las calles impedían un rápido desplazamiento del autobús que transportaba a los campeones por lo que a las ocho de la tarde los sevillistas aún no habían cruzado el Puente de San Bernardo.
Lo mejor llegó con la llegada del equipo a Puerta Jerez. La plaza de las fiestas sevillistas por excelencia se encontraba absolutamente colapsada. Los sevillistas le cantaron a la mítica fuente y siguieron avanzando por la Avenida Constitución hasta realizar la primera parada en la Catedral.

En la Puerta de San Miguel les esperaba el arzobispo Juan José Asenjo que esperaba a la expedición sevillistas con los brazos abiertos y a la que dedicó unas palabras de cariño. Posteriormente se rezó una salve y tuvo lugar la tradicional ofrenda de nardos.

De ahí los expedicionarios se trasladaron al ayuntamiento. En la Plaza Nueva esperaban más de 15.000 sevillistas que no dejaban un solo espacio a la vista. El presidente José María del Nido cogió el micrófono en sus manos revolucionando a los seguidores allí presentes: “Había quien dudaba de la grandeza del Sevilla FC. ¡Aquí está la Copa! ¿Quién es el grande? ¡Qué grande eres Sevilla!»

Después del presidente intervino Monchi quien dedico unas emocionadas palabras al recuerdo de Antonio Puerta. Palop fue el siguiente. El portero sevillista prometió muchos más títulos, al igual que hicieron Navas y Capel.

El público extasiado animaba a su plantilla con cánticos sevillistas y el ya tradicional himno Javier Lavandón, El Arrebato. Se ponía así el broche final a una tarde mágica llena de alegría y de sueños.