Se llena la enfermería sevillista/sevillafc

La decepción europea hizo mella en un Sevilla que no lució casi ninguna buena jugada en el partido ante el Español. Una pronta alegría se está convirtiendo en algo vital para los de Nervión, si no quieren que la mala racha se convierta en crisis.

Sara Domínguez. De nuevo, malas sensaciones para el sevillismo, que necesita un elixir de victoria para seguir creyendo en la temporada. Ante el Español no salió absolutamente nada. El conjunto perico, que afrontaba la jornada a cinco puntos del descenso, necesitaba la victoria, y lo dijo ya en el minuto 7. Un buen centro de Marques a Osvaldo termina con el cuero dentro de la portería de Palop, ante una defensa sevillista que, prácticamente, se limitó a observar la escena.

Como las desgracias nunca vienen solas, en el minuto 20 Jesús Navas se marchaba lesionado, después de que un que sí, que no, estoy «ok», sigo jugando… y entra Perotti. Diez minutos después, pasada ya media hora desde que empezó el partido, el Sevilla no había creado ninguna ocasión de peligro. Fue Fernando Navarro quien falló (¡novedad!) la primera, cuando Renato centró al área un balón perdido peligrosamente por el Español en su terreno. Era el minuto 39.

En los minutos previos al descanso, el Sevilla hizo más que en lo que llevaba y lo que quedaba de partido. En el minuto 41, Escudé remata a portería una falta sacada por Adriano, que acaba en paradón de Cristian Álvarez. Luego Navarro, justo antes de romper la línea defensiva perica, se la deja a su compañero Duscher para que este se la entregue al portero. El Español, que reaccionaba bien, haciendo rápidas contras, logró, por medio de Callejón, chutar a portería para que rechazase Andrés Palop.

Eso y una buena jugada del Sevilla, que comenzó en la banda izquierda, y terminó con Adriano golpeando fuera desde la derecha, llevaron a un descanso que se estaba haciendo necesario para el Español. La primera parte además había dejado otra lesión, la de Diego Capel, que fue sustituído en el minuto 42 por Lautaro Acosta.

A partir de ahí, se apagó la luz para el Sevilla: primero por la falta de ideas, segundo por la poca intensidad del partido y terminando por la escasa ambición que mostraron los jugadores blanquirrojos. Si hay que hacer excepciones, es concedida a Diego Perotti, que había asumido el espíritu Navas.

La segunda parte estaba siendo aburrida y, viendo el juego sevillista, mejor que hubiera seguido siéndolo. Pero no. Llegó el gol. Del Español, por supuesto. Era el minuto 14, con los mismos protagonistas que en el otro gol: Marques centra y Osvaldo marca. El Sevilla, muy mermado ya anímicamente, tiró el partido, siendo únicamente destacable una jugada en la que un centro al área que pudo rematar Kanouté terminó en la caída del malí, por una entrada que pudo suponer penalti.

Pero eso fue en el lejano minuto 14. Desde ahí, con nada de nada, se llegó al final de un partido que el Sevilla, como tantos últimamente, tendrá que olvidar cuanto antes. El martes ante el Xerez esto debe y tiene que ser otro cantar.

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