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El Sevilla trituró al Málaga con diez minutos sublimes en los que le hizo cuatro goles.

El sobresaliente inicio de temporada que está realizando el Sevilla merecía un cierre espectacular de 2016 en Liga como el de este sábado en el Sánchez-Pizjuán. El conjunto de Jorge Sampaoli continúa dando pasos adelante y ante el Málaga cuajó posiblemente el mejor primer tiempo en lo que va de campaña.

Con un fútbol trepidante, los nervionenses aplastaron a su rival antes del descanso, marcándole cuatro goles y ofreciendo un clínic de juego vertiginoso y brillante. El segundo tiempo fue lo de menos, con el equipo aprovechándose de la holgada ventaja y jugando gran parte del mismo con diez jugadores por una rigurosa expulsión de Rami.

Ante la inconveniencia de jugar sin sus dos laterales titulares, Sampaoli resolvió por lo sano, poniendo en liza un once netamente ofensivo, repitiendo Sarabia en el lateral izquierdo y jugando Mercado en el derecho. Iborra, Nzonzi y Nasri, acompañaban a Vitolo, Ben Yedder y Vietto arriba. O lo que es lo mismo, el Sevilla salía con todo para poner el debido colofón a 2016 y continuar afianzado en la tercera plaza.

La apuesta de Sampaoli resultó convincente desde el comienzo, porque con la variante de Iborra en la zona ancha, apoyando a Nzonzi, el Sevilla manejaba el balón, lo que significa mucho peligro, especialmente cuando llega a los pies de Samir Nasri. El francés, de dulce, marcó la diferencia, tirando de esa clase genuina que le hace diferente. Fue de sus botas de donde arrancó el primer gol, en una jugada que finalizó Vietto ante Boyco, después de ser asistido por Nzonzi. El argentino le ganó la espalda a unos centrales que sufrían para tapar las caídas a banda de Ben Yedder y el empuje de Vitolo por la izquierda.

El gol de Vietto lanzó al Sevilla, que protagonizó 10 minutos mágicos en los que machacó literalmente a un Málaga incapaz de frenar lo que se le venía encima. El propio Vietto hizo el segundo a placer, después de un jugadón de Vitolo. El tercero fue una jugada de manual, otra vez generada por Nasri, esta vez con una apertura fabulosa a la derecha, donde apareció Mercado para ponerla al corazón del área, rematando a gol allí Ben Yedder. El Sevilla superaba la perfección y ponía la guinda en el 35 con el cuarto, éste firmado por VItolo, después de ser asistido por Vietto.

El Sánchez-Pizjuán respondió con entusiasmo al festival que ofrecían sus jugadores en el campo, minimizando a un Málaga absolutamente desarmado. El partido fue una fiesta de ahí al descanso, buscando los nervionenses agrandar aún más la brecha. Con el abultado 4-0 en el marcador, la segunda parte sobraba para ambos equipos. Sampaoli dio descanso a Pareja y Mercado, por Kolo y Kranevitter.

Con el cambio de fichas variaba el sistema, aunque el partido discurrió manso hasta que Rami se fue a la calle con media hora por delante, por una entrada en la que tocó balón que Clos Gómez interpretó como falta y por la que vio amarilla, a la que se añadió otra por protestar. Lo peor fue que Sandro transformó la falta y puso el 4-1 en el marcador.

Con uno menos, y Diego González por Ben Yedder en el campo para reajustar el equipo, el Sevilla optó por administrar su cómoda ventaja, mientras el Málaga, con más corazón que criterio buscó de forma inocua meterse en el partido. Era inútil, porque este último partido de Liga de 2016 ya se lo había apuntado el Sevilla mucho antes del descanso, ofreciendo un fútbol cautivador y por momentos espectacular. Poco a poco el proyecto de Sampaoli se va transformando en una seductora realidad. El Sevilla este sábado además de protagonizar y someter, machacó y fue un vendaval.

Crónica facilitada por el Sevilla FC