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El Sevilla, que jugó con uno más durante toda la segunda mitad, tuvo al Barcelona a su merced, pero se le resistió el gol y lo acabó pagando en una prórroga que castigó con creces a los hombres de Unai Emery.

El Sevilla FC cayó como caen los campeones, luchando, dejando todo e incluso mereciendo mejor suerte. Pero el fútbol esta vez, como en Tiflis, le dio la espalda. El equipo de Emery fue mejor que el Barcelona durante los 90 minutos, pero le faltó un gol que buscó con ahínco y sin fortuna. Lo tuvo muy cerca el Sevilla, demasiado incluso para ser verdad, superando con claridad a su potente rival. Sin embargo, cuando se juega contra un conjunto como el Barça no vale con merecerlo, también hay que hacerlo. Todo se desvaneció en una prórroga cruel, en la que la expulsión de Banega pesó en exceso.

Se especuló mucho en la previa sobre cuál sería el tono físico de un Sevilla que venía de jugar una final el miércoles, sobre todo teniendo en cuenta que enfrente estaba un Barcelona mucho más descansado. Sin embargo, en ocasiones las piernas van solas si la moral está alta. Es lo que le pasó al conjunto de Unai Emery, que salió mucho más enchufado que su rival en los primeros minutos y le supo meter una tensión al juego que atenazó al Barça. Sólo un par de ramalazos de Iniesta pusieron en aprietos a los nervioneneses, que en cambio llevaban el peso del choque y por las bandas hacía mucho daño al conjunto catalán.

Pese a la igualdad reinante, era el Sevilla quien de verdad llegaba con peligro, principalmente cuando cogía a la contra a un Barcelona que no conseguía dotar de fluidez a su juego. Precisamente en una contra, Gameiro le ganó con destreza la espalda a Mascherano y el argentino, siendo último hombre, lo derribó. Roja directa y falta peligrosísima en el balcón del área, que supuso la primera y única gran ocasión del primer acto. Banega puso el balón a la escuadra derecha de Ter Stegen, pero el alemán voló y salvó lo que podía haber sido un auténtico mazazo psicológico.

Se llegaba al descanso con el Sevilla mandando y amenazando. En la reanudación Rakitic dejaba su sitio a Mathieu, buscando Luis Enrique reequilibrar el sistema. El Sevilla, no obstante, siguió a lo suyo, muy bien plantado en el campo y poniendo en aprietos a los azulgrana. En el minuto 49 Banega dio un segundo aviso. Esta vez su disparo sí supero a Stegen, pero se estrelló en el palo. El partido se estaba poniendo tierno para el Sevilla, más cuando Luis Suárez tenía que marcharse sustituido tras un aparatoso golpe con Carriço. El Barcelona estaba a merced del conjunto de Nervión, al que sólo le faltaba apretar un poco más y terminárselo de creer. Krychowiak tuvo una nueva ocasión magnífica. El Sevilla lo estaba rozando y el Barcelona apenas ofrecía réplica.

Sin embargo, pese a tenerlo cerca, pasaban los minutos y el conjunto de Emery no lograba desarmar a su rival, que se defendía con uñas y dientes, pero que a la contra también tenía sus momentos. El choque discurría por una intensidad extrema, dando la sensación de que podía ocurrir cualquier cosa. La incertidumbre tomó más fuerza cuando Banega se fue, ya en el descuento, a la calle por derribar a Neymar, cuando el brasileño enfilaba hacia el área de Sergio Rico. Esa jugada, sin duda, iba a condicionar gran parte de lo que ocurriría después.

Prórroga y ahora sí el Sevilla FC comenzaba a recular, sobre todo porque echaba de menos a Banega a la hora de administrar el balón. Por esos derroteros transcurría el partido cuando Jordi Alba, en el 97, finalizaba con habilidad, muy escorado, un servicio profundo de Messi que dejó al descubierto a toda la defensa. De alguna forma, con el gol de Alba se desmoronó todo y sólo Sergio Rico mantuvo viva la llama de la esperanza, con varias intervenciones espléndidas antes del final del primer tiempo de la prórroga. Quedaban 15 minutos por delante, pero el Sevilla, con Llorente ya en el campo, estaba desfondado y apenas tuvo opciones, acabando finalmente con nueve y con otro gol encajado, esta vez obra de Neymar. El campeón había dado todo lo que tenía y sentía impotente como se le escapaba una Copa de Rey que por momentos acarició y mereció. Pero en el fútbol, sobre todo ante todo un Barça, si no aprovechas tu momento lo acabas pagando.

Crónica facilitada por el Sevilla FC.