valencia sevilla 1

Tras una insignificante primera mitad, el Sevilla, con los cambios reaccionó en la segunda, empató gracias a Gameiro e incluso tuvo su momento, pero cayó en el descuento tras una rigurosa falta,

Sevilla FC encandenó su tercera derrota consecutiva, tras un mal partido en Mestalla en el que sin embargo, pese a no haber tenido su día, sobre todo en la primera mitad, incluso pudo ganarlo cuando se puso 1-1 a cinco minutos del final y al Valencia le temblaron las piernas por momentos. Pero los che hicieron de la necesidad virtud y se aprovecharon de una rigurosa falta y una tibia defensa de la misma para hacer, por mediación de Negredo, el definitivo 2-1 en el mismísimo descuento, cuando más claras parecían las opciones de los nervionenses. Ésa es la historia de un partido que comenzó mal y terminó, en el descuento, peory en el que el fue superado por el afán de los locales.

La rabia con la que celebró el Valencia su agónico triunfo evidencia la importancia que le dio a un encuentro que desde la previa se afrontó en clave de final. Con Mestalla hasta la bandera, los che no dejaron lugar a la duda. Salieron lanzados y pusieron cerco al área de Sergio Rico. El Sevilla, con muchos cambios y dos hombres arriba –Juan Muñoz y Fernando Llorente- intentaba salir, pero no podía ante la férrea presión valenciana. El Valencia se hizo con el posicionamiento del campo y aunque sin mucha claridad llegaba una y otra vez a las inmediaciones de Rico. Hasta nueve saques de esquina habían botado los hombres deAyastarán en la primera media hora de juego, con ocasiones claras sobre todo una de Parejo en la queSergio Rico sacó un pie salvador.

Lo mejor que le podía pasar al Sevilla es que arribara el descanso, porque la apuesta por refrescar el equipo con respecto al once de San Mamés, prescindiendo de hombres de banda, no estaba dando resultados. Sin embargo, cuando parecía que se iba a llegar al intermedio sin daños mayores, una falta de Parejodesequilibró el marcador e hizo justicia a lo que estaba ocurriendo en el terreno de juego.

No era difícil mejorar en la segunda mitad, porque el bagaje en el primer acto había sido muy pobre.Llorente nada más salir tuvo una muy clara, pero su cabezazo ante Diego Alves se fue por fuera. El riojano se fajaba como podía, pero lo tenía difícil, porque le llegaban pocos balones y porque el árbitro permitía un marcaje más allá del reglamento que incluso debió haberse traducido en un penalti no señalado. Con Vitolo, que había salido por Juan Muñoz, el equipo abría más su juego por banda. La mejoría, sin embargo, no daba para amenazar de verdad a un Valencia que iba de más a menos, porque el esfuerzo en la primera parte había sido titánico. Gameiro y Konoplyanka salieron para meter una marcha más. Y la metieron, sobre todo el francés, que con cada desmarque ponía en aprietos a la zaga che.

Una salida velocísima de Gameiro acabó con un peligroso remate de Banega que salvaba Alves. Sin excesos, el Sevilla daba la sensación que si pisaba un poco más el acelerador podía sacar tajada. Y así fue, cuando en el minuto 40 Kevin Gameiro, con un derechazo soberbio puso las tablas, tras tirar un nuevo desmarque sensacional que Krohn-Dehi vio con maestría.

El partido se abría de nuevo y el Sevilla, siempre con Gameiro de por medio, intuía el segundo, ante unValencia visiblemente fatigado. Sin embargo, cuando parecía que el choque iba a morir en área local, una discutible falta de Rami en la banda derecha, acabó en gol de Negredo, después de que Parejo botara una atolondrada falta en la que hubo de todo, incluso una mano valencianista. Así, de la forma más cruel, acababa un partido en el que hubo momentos para ambos equipos, pero en el que la necesidad del Valencia pudo más que cualquier otra cosa.