El-dia-de-la-Marmota

Cuando el meteorólogo Phil Connors –interpretado por Bill Murray en la película El día de la Marmota–se levantaba cada mañana y miraba por su ventana, veía siempre el mismo día que el anterior.

Mismas caras, mismas sensaciones. En el Sánchez-Pizjuán llevamos diecisiete partidos consecutivos con las mismas sonrisas y las mismas miradas. En las pupilas de todos los sevillistas se puede ver el brillo de la emoción de quien husmea el aroma de la victoria. En los rostros de los rivales también se aprecian siempre los mismos síntomas. Nervios y garra al saltar al césped, desolación y rabia al salir de él. A medida que pasan los minutos, Nervión se hace grande, enorme. El run run de la grada, las gargantas afiladas, las palmas al compás y las banderas enarboladas. Mientras tanto, el Sevilla a lo suyo. Como un martillo pilón, sin dejar opción al enemigo. Izquierda, derecha, gancho, directo. El que pisa la bombonera, ya sabe lo que le espera, notar la rugosidad del verde en las rodillas. Diecisiete victorias consecutivas, diecisiete rivales pidiendo clemencia sobre la lona.

En la noche de ayer el Sevilla Fútbol Club disputada su partido número 150 en competición UEFA. Cifra redonda. Casi ná. Ya son muchos años los que el equipo de Nervión pasea con orgullo y honor el nombre de la ciudad en la que reside. Para hacerlo aún más grande, el conjunto dirigido por Unai Emery suma once triunfos seguidos como local en Liga Europa, récord histórico del torneo. Se acaban los hitos para un equipo legendario en esta Copa.

Cuando el mítico delantero suizo Alexander Frei sacó la bolita del Sevilla para enfrentarse al FC Basel 1893, su cara lo dijo todo. Llegó el Basilea a la ciudad con ansias de triunfo. No es para menos, teniendo en cuenta que la finalísima se disputa en su casa el 18 de mayo. Se fue de la capital andaluza vapuleado. Una cosa es ver al Sevilla por la tele y otra enfrentarte a él en su feudo. Los suizos lo sabían y tras ser arrollados por un contundente tres a cero en los primeros 45 minutos de partido, dijeron: aquí no se juega más. ¡Bandera blanca! No hubo opción, la conexión francesa –Gameiro y Rami– funcionó a las mil maravillas. Magistral Banega, impecable Cristóforo, mágico Reyes y soberbio Soria. Imposible destacar solo a uno, y si hay que hacerlo, mejor dirigir la mirada hacia el banco.

Que siga latiendo nuestro escudo más que nuestro corazón

Una vez más, la grada volvió a tararear el nombre de Unai Emery. ¡Qué entrenador tiene este Sevilla! Un loco del fútbol y apasionado por su trabajo, que con poco ruido, sigue sumando puntos al casillero blanquirrojo. El técnico vasco ya ha igualado a Joaquín Caparrós como el entrenador sevillista con más victorias en toda la historia del Sevilla Fútbol Club. Una más y su recuerdo será eterno. Nada más y nada menos que 102 victorias y 41 empates en 190 partidos.

Nervión se puso elegante. Un Sánchez-Pizjuán revestido de rojo, blanco y negro. La afición disfrutó, como viene siendo habitual. Que siga el día de la Marmota visitándonos. Que siga el halago de los rivales al escuchar nuestro himno. Que siga el grito de ánimo en los momentos en los que las cosas no vayan tan bien. Que siga latiendo nuestro escudo más que nuestro corazón. Que siga habiendo noches europeas por la bombonera. Que cuando despiertes en tu cama, sigas viviendo el sueño. Si te da vértigo, no mires atrás. Disfruta del presente como si no hubiese un mañana. Disfruta de este Sevilla campeón en las vitrinas. ¿Qué día es hoy? ¿Otra vez han ganado los palanganas? ¡Sí, otra vez!