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Tres puntos de sudor y oro, trabajada victoria del Sevilla que fue de menos a más hasta que le duró la gasolina.

En los primeros minutos el conjunto sevillista cedió la posesión del balón al Barcelona y se limitó a cerrar líneas con una tímida presión en la salida de balón del conjunto cule.

Con el paso de los minutos poco a poco fue ganando en confianza y subiendo metros en la presión, con llegadas con cierto peligro al área de Claudio bravo, sobre todo por banda derecha con las internadas de Coke, con centros que acababan en remates forzados y con saques de esquina y faltas que si ponían en apuros al Barcelona.

Lejos de su mejor versión en ataque, en defensa el equipo se mantuvo compacto durante toda la primera parte aguantando los ataques del Barcelona que disparó hasta en dos ocasiones al palo, salvando Coke, el mejor del equipo en los primeros 45 minutos, bajo palos el tanto de Pique tras una falta lanzada por Neymar que golpeó la cepa del poste izquierdo de Sergio Rico, el cual apenas tuvo trabajo en la primera parte.

Con empate a cero se llegó al descanso, la segunda mitad arrancó con más electricidad en ataque del barça con dos disparos en menos de un minuto sin excesivas dificultades para Rico.

El Sevilla no se dejó intimidar por este comienzo y tras varios centros con peligros, Gamerio y Vitolo fabricaron una jugada por banda derecha que supuso el remate sin oposición de Krohn Dehli fusilando a Bravo poniendo el 1-0 en el minuto 52.

El gol aumentó la confianza del equipo de Emery, que de la mano de Gameiro estuvo a punto de poner el segundo solo unos instantes después.

Tras aguantar atrás el intento de reacción del Barcelona, de nuevo Krohn Dehli protagonista, esta vez en papel de asistente, puso un balón medido desde la izquierda a la cabeza de Iborra que ponía el 2-0 en el minuto 57 llevando la locura a las gradas de Nervión.

Crecido tras el segundo gol, el equipo recobró virtudes de la temporada pasada con una gran intensidad y enmascaro las carencias defensivas espoleados por el resultado y el empuje de la afición.

Sergio Rico respondía con manos seguras a los intentos de acortar distancias y mantenía la ventaja en dos goles.

Con el trascurrir de los minutos el Barcelona fue metiendo al Sevilla en su propia área a lo que Unai reaccionó con cambios, retirando al goleador Iborra y a Kevin Gameiro, dando entrada a Reyes y Llorente, buscando la velocidad del sevillano y la contención de balón del vasco para desahogar al equipo.

Sin tiempo para ver el resultado de los mismos, el colegiado señalo un polémico penalti por manos de Kolo. Neymar acortó distancias desde los 11 metros en el minuto 74, apunto estuvo Rico de detener el lanzamiento.

Con el 2-1 volvieron las dudas en defensas y el equipo se aculó demasiado en defensa retrasando en exceso las líneas de presión, con doce minutos aun por jugarse, los hispalenses sufrían para conservar los tres puntos, con un nuevo remate al poste de la portería de Sergio Rico por parte del delantero canario Sandro, que llevaba apenas unos minutos en el campo, entrando junto a Dani Alves por Munir y Mathieu respectivamente. A base de una posesión continuada los azulgranas seguían acosando la portería sevillista, con Jordi Alba entrando como un puñal por el costado izquierdo del ataque poniendo en serios apuros a la defensa que a duras penas contenía los ataques sin poder salir de campo propio.

Tratando de ganar unos segundos al crono, Unai Emery dio entrada a Mariano por Tremoulinas, con cuatro de añadido aun por jugarse.

Finalmente el equipo supo sufrir y retener los tres puntos que suponen una gran inyección anímica a una plantilla que debe seguir creciendo y ganar en confianza de la mano de una hinchada que hoy si, volvió a vibrar con su Sevilla.