La roja volvió a golear y a convencer tras ganar 5 a 1 a Austria en el estadio donde la selección ganó la Eurocopa del 2008 ante Alemania. El choque ante los austriacos estuvo marcado por por la aparición en la segunda parte de dos sevillistas, Negredo y Jesús Navas.

Juan A. Pérez. La selección española volvía al lugar donde demostró a Europa que juega el mejor fútbol del continente. De camino a hacerlo con el resto del mundo, los de Del Bosque dieron otro recital en el Ernst Happel de Viena a una Austria que comenzó adelantándose en el marcador  con un gol de Jantschner. España no jugaba a nada y tras el gol, los nuestros recuperaron el toque que parecía descansar en el reflejo de aquella final.

A dos minutos del gol austriaco, Cesc empataba el partido tras una gran jugada de Silva entre líneas y unos minutos más tarde, llegó el segundo de los españoles de los piés de Villa, que puso por delante a los de Del Bosque tras recibir un mágico pase de Iniesta. Poco después se acabaría el partido con la expulsión del centrocampista austriaco Pehlivan, que le hizo una fea entrada a Busquets. Esto provocó que Austria se encerrase en su campo y que el juego de España se tranquilizase por momentos, aunque no evitó que al borde del descanso, la conexión valencianista apareciera para que Silva asistiera a Villa en el 3-1.

La segunda parte fue otra historia, al menos en los primeros veinte minutos, ya que Del Bosque introdujo de inicio a cuatro jugadores nuevos y con muchas ganas de aprovechar minutos, como son Pablo Hernández, Guiza y los sevillistas Jesús Navas y Negredo. El delantero madrileño no tuvo mucha suerte, no le llegaban balones y aunque presionó mucho, la intensidad del choque convertía su trabajo en innecesario. Pero las ganas del equipo en la segunda parte hicieron que disfrutásemos de diez minutos más de fútbol en los que a Navas le dio tiempo a demostrar que también está hecho para la selección.