El Sevilla debuta este viernes en Liga en un escenario complicado, por la motivación que siempre ponen los locales ante el conjunto hispalense.
Mucha ilusión y expectativas altas. Eso es lo que genera el Sevilla FC para esta nueva campaña liguera, después de haber mantenido gran parte del bloque de la pasada temporada y haber reforzado el plantel con jugadores de notable nivel llamados a hacer cosas importantes.
Sin estar todavía al cien por cien, porque el máximo rendimiento sólo lo da la concanetación de partidos, hay muchas ganas de ver nuevo en competición oficial al equipo de Unai Emery, sobre todo después del gran papel que realizó en la segunda parte de la final de Tiflis, aunque no es menos cierto que los errores defensivos siembran dudas.
Pese a los aspectos a mejorar, normales a estas alturas de la temporada, no se espera otra cosa este viernes en La Rosaleda que un equipo que salga a mandar y a demostrar su entidad de conjunto grande, que quiere revalidar sus aspiraciones europeas una campaña más.
Y no será fácil, porque el Málaga, que se toma este choque como su particular derbi, siempre juega contra el Sevilla con un extra de motivación. Nada que no se pueda superar, no obstante, si el Sevilla hace valer su calidad, aunque para ello las circunstancais le exigirán competir desde el primer minuto con máxima intensidad. La lección de Roma, en este sentido, es importante recordarla.