Mientras de los cuatro equipos españoles, uno ya se ha despedido y los otros dos siguen intentando clasificarse, el Sevilla a falta de dos jornadas, se ha clasificado por segunda vez en su historia para los octavos de final de la Champions League, cosa que al menos todavía habría que clasificar como histórico.

José Luis de la Rosa. La meritoria clasificación se consumó ayer tras empatar con el Stuttgart, en un partido que si la primera parte fue el Sevilla mejor, lo que se refrendó en el marcador con el gol de Navas, en la segunda fueron los alemanes los que más hicieron por llevarse el partido, sobre todo después de que a falta de veinte minutos nos quedáramos con un jugador menos por la lesión de Duscher.

Jiménez como viene haciendo habitual siguió con las rotaciones. En el día de ayer, de los teóricos titulares se quedaron fuera Renato, Perotti y Negredo, aunque este último tuvo que entrar pronto ante la lesión de Kone que parece gafado desde que llegó a Sevilla.

Como ya he comentado antes la primera parte se jugó bien, el partido trascurría por buenos derroteros y más aun cuando Luis Fabiano le puso un esplendido balón al hueco que un veloz Jesús Navas mando a la red, el Sevilla se mostraba cómodo y los alemanes no conseguían acabar ninguna de las jugadas de ataque que creaban. El partido parecía controlado.

Fue diferente la segunda parte, en gran parte porque el Stuttgart mejoró considerablemente. Solucionó su banda derecha que en los primeros cuarenta y cinco minutos fue un autentico coladero con la presencia de un lamentable Boularouz, le metió al partido dos velocidades mas, corrieron más que nosotros, se hicieron dueño del balón y su delantero Pogrebniak empezó a crearnos muchísimos problemas pese al buen partido de nuestros centrales.

Todo ello desembocó en un claro dominio alemán, que tras la lesión de Duscher y quedarnos con uno menos se transformó en muchos momentos en acoso. Además el Sevilla no supo jugar con diez, no juntaron las líneas y sobre todo no apretaron los dientes para intentar que la inferioridad numérica se notara lo menos posible. Los dos puntas tanto Luis Fabiano y en mayor medida Negredo no apoyaron nunca a un centro del campo en el que Zokora ya estaba muy agotado y que los alemanes se adueñaron totalmente.

Lo que parecía inevitable llego a falta de diez minutos para el final, cuando el codiciado por Monchi durante varias temporadas Kuzmanovic mandó un trallazo a la red que poco pudo hacer Javi Varas. Como transcurría el partido el Sevilla dio por bueno el empate y dejo para certificar la primera posición del grupo para otra mejor ocasión.

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