carmenes91

El Sevilla, letal a la contra, dio pocas opciones al Granada, aunque le faltó machacar al final y vio como los locales maquillaban el resultado en la última acción del choque, con una falta directa de Lass. Jugadores como Deulofeu y Gameiro, ambos con un gol, aprovecharon la oportunidad para reivindicarse.

El Sevilla cumplió y encarriló el pase a cuartos de final en un partido en el que una vez más tiró de firmeza y pegada para imponerse, pero en el que le faltó contundencia para sentenciar, porque lo que debió haber terminado en goleada acabó en 1-2, después de que Lass marcara de falta en la última jugada del encuentro. Los hombres de Unai Emery, no obstante, no tuvieron contemplaciones, saliendo muy centrados y generando peligro desde muy pronto, de la mano de un gran Deulofeu. El catalán aprovechó la titularidad con una brillante primera parte, en la que se estrelló con el palo en el minuto 3 y marcó el 0-1 después de una magnífica jugada personal. El Granada tuvo muy pocas opciones, aunque lo intentó tímidamente, pero se vio muy superado por la seguridad de un Sevilla que demostró de nuevo, y esta vez con un once muy renovado con respecto al de la Liga, que sabe lo que se hace y que incluso pudo golear a su rival en la recta final. Pero no lo hizo, desperdiciando varias ocasiones claras, y al final lo que era una victoria irrefutable acabó desluciéndose en parte por el tanto en el descuento de los nazaríes.

Se presumía, por las circunstancias, que el Granada iba a salir bravo. También era de suponer que Unai iba a introducir muchas caras nuevas en el once. La duda estaba, sobre todo, en cuál iba a ser la respuesta del Sevilla ante un equipo que tenía mucho que ganar y poco que perder, en si los hombres de Emery se iban a dejar llevar por la confianza o por el contrario iban a salir pisando fuerte. Ese interrogante se resolvió muy pronto. Ni tres minutos tardaron los nervionenses en dejarle claro al Granada el daño que le podía hacer a la contra. Iborra aprovechó el espacio que dejó la zaga local y habilitó con un servicio interior estupendo a Deulofeu, que fusiló a Roberto, yendo su disparo a parar al larguero después de que lo tocara ligeramente el portero.

El Granada captó el mensaje, porque contemporizó más y jugó con cabeza, sin echarse tanto arriba. En el minuto 17 Silvestre tuvo el 1-0, pero disparó alto. De nuevo los nazaríes tomaron la iniciativa, porque sobre todo con el avispado Succes veían que le podían hacer daño a los hispalenses. Pero el Sevilla estaba muy bien plantado y supo esperar su momento, que no desperdició cuando le llego pasada la primera media hora de juego. Una vez más el protagonista fue Deulofeu, que se lo guisó y se lo comió. Salió disparado desde la divisoria, dejó a Gameiro solo, el francés cruzó de maravilla su disparo, que se fue al palo, pero el catalán, que llegó como una moto, cazó el rechace y lo mandó adentro.

Si al Granada le costaba con las tablas en el marcador, en desventaja su confianza se fue desinflando. Aún así, no le perdió la cara al choque hasta la reanudación, cuando una desafortunada acción defensiva, propiciada por una falta lejana del Sevilla y un mal despeje de Sulayman, acabó en el 0-2, exhibiendo Kevin Gameiro una vez más ese olfato de caza goles de primer nivel que tanto le caracteriza. De ahí al final, el Granada tuvo el balón, pero el peligro corrió a cargo del Sevilla, que ya con Iago Aspas en el campo, se puso de gol en varias oportunidades que acabó desperdiciando. El partido estaba para una goleada, pero a los de Unai les faltó contundencia y en el descuento se afeó el resultado con una falta magistralmente ejecutada por Lass.

Pese al gol del Granada, el resultado y el balance del encuentro es positivo, porque los cuartos están bastante encarrilados. Era un día para que jugadores con menos minutos dieran un paso al frente y en ese sentido Emery puede estar contento, porque Deulofeu demostró que es un hombre que puede marcar las diferencias, con una excelente primera parte, Gameiro renovó su compromiso con el gol e Iborra, que llevaba tiempo sin jugar por la lesión, no se arrugó e incluso miró hacia arriba con acierto. Otra victoria, esta vez siendo bastante superior al contrario, aunque el resultado al final fue demasiado corto.