Puerta Schalke 04

El joven canterano sevillista se marchó demasiado pronto y dejó un gran vacío en el seno del club blanquirrojo en el mejor momento de su historia, este jueves se cumplen siete años de aquel fatídico 28 de agosto que los sevillanos recuerdan con pesadumbre.

Muchas son las variantes en juego por las que Antonio Puerta se ha convertido en un símbolo no sólo en el Sevilla, sino en el mundo futbolístico. Un joven prometedor, humilde y sonriente de esos que caen bien a propios y ajenos. Ningún sevillista olvidará que el talento que ya demostraba este canterano otorgó el gol que abrió las puertas a la época más gloriosa del Sevilla, el club de su vida.

Tampoco ningún aficionado nervionense olvidará cómo se desplomó en su estadio, ni el sobrecogimiento que la ciudad entera vivió hasta que el trágico desenlace sucedió. Agradecidamente, mucho ha avanzado el Sevilla en temas de seguridad y salud de sus jugadores desde entonces.

También avanzaron para bien las aficiones bética y sevillista tras ese día, un hermanamiento surgido desde el dolor y que dejó para el recuerdo de la ciudad cómo sendos rivales derramaban lágrimas no por un futbolista, sino por un futuro padre de 22 años que abandonó el fútbol precozmente. El tiempo vuela y gracias al Trofeo dedicado al Eterno 16 el mundo ha podido sonreir tiernamente cuando Aitor Puerta, con su melena rubia, emuló a su padre haciendo el saque de honor con la zurda.

Antonio Puerta es ahora un símbolo sevillista, quizás al que se acude demasiado, pero que de buen seguro no será jamás olvidado y que perpetuamente es coreado desde las gradas de Nervión, como no, en su minuto 16.

Licenciada en Periodismo por la US. Sus primeros pasos fueron como reportera y locutora para los informativos locales. En prensa escrita sus informaciones se han seguido en Estadio Deportivo y en ElDeporteFemenino.com....