Benfica

El Sevilla llegó a sus dos finales de en la competición albergando el favoritismo ante Middlesbrough y Español, el cual comparte por vez primera ante el potente Benfica de Jorge Jesus.

Con un nuevo nombre (Europa League) y de forma inesperada, el Sevilla regresa a la final de la competición para enfrentarse a unos de los equipos más regulares del segundo torneo continental, semifinalista en tres de las últimas cuatro ediciones, subcampeón la pasada temporada y uno de los grandes culpables, junto a su archienemigo Oporto de que Portugal se haya situado cuarta en el ranking UEFA superando a Italia y por detrás de España, Inglaterra y Alemania.

Se trata del Benfica, uno de los equipos con más personalidad del continente, a imagen y semejanza de su entrenador, Jorge Jesus, que se ha convertido en uno de los más cotizados del planeta y prueba de ello es el interés del Mónaco. La temporada pasada dio a la vuelta al mundo su imagen arrodillado tras perder la Liga ante el Oporto en el último minuto y su equipo acabó perdiendo hasta tres títulos en los compases finales, y este año va camino de conseguir cuatro. Con la Liga y la Copa de la Liga ya en el bolsillo y con la final de la Copa de Portugal por disputar, el siguiente reto es romper la maldición de Bella Gütman y sus siete finales perdidas tras el despido del técnico húngaro en 1966, el cual aseguró que los lisboetas no volverían a reinar en Europa sin él.

Para ello, los lusos han creado un bloque sólido capaz de sobreponerse a la baja de su jugador diferencial en el mercado de invierno cuando Matic fue traspasado por 22 millones de euros al Chelsea. Entre Amorim, André Gomes, Fejsa y Andre Almeida, también baja para la final, han conseguido sustituir con garantías a uno de los mediocentros más específicos del planeta. La marcha del serbio trasladó la jerarquía a su acompañante en el doble pivote, un Enzo Pérez, capaz de distribuir y contener, que también se perderá el partido más importante de la temporada, por sanción, por lo que todo hace indicar que André Gomes y André Almeida se repartirán la vacante en el doble pivote para sustituir al argentino.

Por detrás se sitúa una de las líneas más fuertes del equipo con Luisao y Garay reinando en la zaga y en el balón parado ofensivo, lo que convierte al Benfica en un equipo capaz de crear problemas desde la defensa y es que además el excentral madridista es un especialista en el lanzamiento de faltas. Uno de los puntos que marcan la personalidad del equipo es el despliegue constante de los laterales, donde la calidad de Guilherme Siqueira y la agresividad y entrega de Maxi Pereira acostumbran a crear diferencias por fuera, éste último ocupa la plaza del exatlético Silvio, lesionado de larga duración y baja sensible para esta final. Para poner la guinda a la retaguardia, el conjunto lisboeta posee dos buenas opciones en la portería. Tanto Oblak como Artur han rendido a gran nivel durante toda la temporada, pero todo apunta a que el segundo ocupará el marco del Juventus Stadium

El Benfica suele formar con un 4-2-3-1 o con un 4-4-2, según como se mire y según su desempeño sobre el campo, ya que no suele utilizar mediapuntas sino que uno de los delanteros se integra en la segunda línea. El elegido suele ser Rodrigo, mientras que Lima y Cardozo se reparten el puesto en la punta de ataque, siendo sorprendentemente el paraguayo opción para las segundas partes durante el tramo de la temporada.

Gaitán pone la clase

Las bajas de Salvio y la casi segura del serbio Markovic, el cual ha sorprendido esta temporada por su calidad y personalidad pese a su juventud, otorgará más que probablemente a Ivan Cavaleiro una plaza en la banda derecha. A sus 20 años, una de las grandes promesas portuguesas, preconvocado para el Mundial de Brasil, ya fue protagonista, saliendo desde el banquillo, en la ida de la semifinal ante la Juventus, por lo que la presión no parece ser un problema para él. No obstante el jugador diferencial no es otro que Nico Gaitán. Desde su pierna izquierda, el Benfica genera gran parte de las ocasiones de gol gracias a su capacidad para desequilibrar, combinar y golpeo, lo que lo convierte en uno de los jugadores frente al que las ayudas del doble pivote sevillista serán decisivas.

Aunque el argentino es el jugador que atesora más calidad, los peligros benfiquistas vendrán desde numerosos frentes y el Sevilla se verá sometido durante grandes fases del partido, puesto que el equipo suele monopolizar la posesión, lo cual no será un problema para los de Unai Emery, expertos en salir a la contra aprovechando el despliegue del rival. Sin embargo, tampoco deben atrincherarse los nervionenses, cuyo fundamento principal para anular a su adversario debe venir desde la agresividad en la presión, no excesivamente alta y en repetir esa pegada mortífero que ha llevado a los sevillistas camino de vivir otra noche de ensueño.

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