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El Sevilla FC es, matemáticamente y a falta de cuatro jornadas, equipo de Uefa Europa League para la próxima campaña; algo que selló en la noche del pasado domingo tras golear por 4-0 al Granada.

A diferencia de la anterior temporada, su billete europeo lo ha logrado por méritos propios y de una manera absolutamente incontestable.

Además, la derrota del Athletic Club en el Camp Nou sitúa a los de Nervión a tan solo tres puntos de los vascos, y con un dato envidiable: dependen de sí mismos para jugar la Champions League la próxima temporada. O dicho de otra forma: si el Sevilla gana los cuatro partidos que le restan acabará ocupando la cuarta plaza a final de liga.

Los de Unai Emery viajarán a Bilbao para enfrentarse el próximo domingo en una auténtica final ante el Athletic en San Mamés. El 0-0 de la ida dejaría a los sevillistas con el goal average particular a su favor si consiguiesen una victoria en el feudo bilbaíno, algo que no se antoja nada sencillo. Al hándicap de jugar en un estadio tan complicado como el Nuevo San Mamés se le añade el compromiso europeo que los andaluces tendrán esta misma semana ante el Valencia. En juego, nada más y nada menos que el pase a una final; con el desgaste que ello conlleva.

No obstante, una de las muchas cosas que está sabiendo gestionar a la perfección el técnico nervionense es dosificar con efectividad a sus hombres en los momentos clave de la temporada. Tanto es así, que desde el mes de marzo se ha podido permitir el lujo de dejar en el banquillo a jugadores como Ivan Rakitic, Reyes o Carlos Bacca sin que eso haya supuesto ningún resultado adverso, más bien todo lo contrario; ya que a escena han aparecido futbolistas como Kevin Gameiro o Marko Marin, que están absolutamente enchufados y que se sienten actualmente con el peso y la confianza suficiente como para cargar con el peso de su equipo si fuese necesario.

En el fútbol lo que realmente marca la diferencia son los goles, y con respecto a ellos las cifras también están a favor de este Sevilla, que se ha colocado como el cuarto máximo goleador del campeonato y que entre todas las competiciones ya ha superado los 100 goles. 40 de ellos llevan la firma de Bacca y de Gameiro, a partes iguales.

El calendario fijó que las tres últimas jornadas los sevillistas recibiesen al Villarreal y al Elche, y que entre medio visitase al Getafe, en el que, a priori, podría ser el partido más duro tras el de Bilbao (dado que el conjunto azulón se está jugando el descenso). Por su parte, los de Ernesto Valverde viajarán a Vallecas, recibirán a la Real Sociedad y acabarán el campeonato en Almería, que también podría jugarse la vida y complicarle las cosas.

La lógica nos indica que si el Sevilla pierde en Bilbao pocas serían sus esperanzas, pero que si logra dar el zarpazo tendría muy a su favor el ansiado deseo. El objetivo ya está cumplido, que era clasificarse para competición europea, ahora solo queda soñar. Soñar con Turín, soñar con la Champions.

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