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Partidazo en todas las facetas, tanto ofensiva como defensiva, de un equipo que bordó la perfección. En un teórico duelo por Europa el Sevilla, que jugó con un 4-4-2, pasó por encima del Getafe y se postuló con sobrados argumentos para estar en la zona alta de la tabla.

El Sevilla dio un recital en una mañana redonda de fútbol a costa de un Getafe que se vio literalmente arrollado por el fútbol agresivo, directo y elaborado, en muchas ocasiones con sumo gusto, del equipo de Unai Emery. Que los nervionenses van a más es algo que viene reflejando la tabla clasificatoria en los últimos meses, pero en esta placentera víspera del Día de Reyes el equipo cuajó posiblemente su partido más completo en lo que va de temporada. En todas las líneas se rozó la perfección y esto lo reconoció un Sánchez Pizjuán entregado a sus futbolistas. Vitolo, Bacca, que además dio dos asistencias, y Rakitic firmaron los goles, pero la victoria lleva la rúbrica del equipo en sí, pues una vez más se impuso la fuerza y solidez del colectivo a las genialidades individuales.

Estaba por ver cómo resolvía Unai Emery las muchas bajas que presentaba el equipo para afrontar un choque que en principio ponía a prueba las aspiraciones continentales. Optó por jugar con Carriço atrás junto a Fazio y retrasar a Rakitic al mediocentro junto a Mbía, jugando con dos puntas, Gameiro y Bacca, escoltados por Vitolo y Reyes en banda. Con ese 4-4-2 al uso el Sevilla no había funcionado bien en esta temporada, sobre todo porque en su afán por atacar y presionar muy arriba tomaba muchos riesgos. Pero este domingo el equipo jugó al unísono y eso se notó. Achuchando muy arriba y con Reyes yéndose continuamente al interior para reforzar el centro del campo, el Sevilla saltó al campo dominando claramente la contienda.

El Getafe, muy encerrado, prefirió esperar. Pero incluso replegado fue incapaz de sostener el ímpetu y las buenas maneras de los locales, que armándose de paciencia y combinando con mucha destreza no tardaron en comenzar a hacer daño a los madrileños hasta que acabaron derribando el muro pasada la primera media hora. Gameiro, con un remate al palo, Bacca y Fazio, dieron varios avisos, pero el gol acabó llegando por mediación de Vitolo, evidenciándose  una vez más una de las grandes virtudes del Sevilla este año, las muchas y alternativas vias que tiene para llegar al gol. El canario combinó con Bacca al borde del área, el colombiano le devolvió la pared con maestría y Vitolo recogió el guante, superando por abajo a Moyá.

Al Sevilla le costó abrir el candado, pero una vez que lo hizo y obligó al Getafe a salir de su campo, se encontró más a gusto todavía y dio una lección de juego vertical. Sólo la falta de precisión de Gameiro en una contra impidió que la ventaja fuera mayor al descanso. Era sólo cuestión de tiempo y de hecho no se demoró mucho el segundo en la reanudación. El Sevilla a la contra era un tormento para el Getafe. Precisamente una salida rápida de Vitolo acabó en falta y amarilla al canario. El equipo exhibió entonces otro de sus puntos fuertes: las jugadas de estrategia. Rakitic la puso al flanco derecho del área, con Fazio muy abierto, el argentino prolongó a la zona caliente y allí la enganchó sin piedad Carlos Bacca.  

Si hasta ese momento el Getafe no había existido, definitivamente desapareció tras el segundo tanto nervionense. El Sevilla se gustó, todo le salía bien; atrás era inabordable, con los centrales derrochando poderío, y arriba Rakitic estaba inspirado y se inventaba pases imposibles que levantaban al respetable de sus asientos. Lo bordaban los de Emery, que con 2-0 continuaban mordiendo en campo contrario. Así llegó el tercero, con Bacca metiendo la pierna y robando un balón en zona comprometida del Getafe, Rakitic se la devolvió, Bacca se la volvió a dar al capitán y éste hizo el tercero para dar un poquito más de brío a su sensacional actuación personal.

En los últimos 15 minutos el equipo continuó buscando portería contraria, ya con los tres cambios hechos. No hizo más sangre, pero tampoco hacía falta porque por más que se inflara el resultado poca brillantez se le podía dar a un encuentro verdaderamente redondo de los sevillistas. Lo mejor, sin duda, fue que el equipo, como en Villarreal, volvió a estar muy por encima de las individualidades. Carlos Bacca marcó un gol y dio dos, pero ni siquiera con ese bagaje se podría afirmar con rotundidad que fuera el mejor jugador del encuentro. Esta apreciación sin duda ejemplifica el altísimo desempeño del Sevilla en todas sus líneas para lograr una victoria contundente y, sobre todo, convincente.

Crónica facilitada por el Sevilla FC

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