Puerta Schalke 04

Seis años después de su muerte, la figura de Antonio Puerta continúa presente en todos los corazones sevillistas. Pero no sólo en Nervión su estela sigue viva. La muerte del sevillano ha dejado una huella profunda más allá de los límites de su ciudad.

Antonio Puerta no sólo fue uno de los ejecutores principales de la transformación del Sevilla en un club de la élite europeo con su gol al Schalke 04 en aquella semifinal de UEFA, un zurdazo que hizo posible el sueño nervionense. Su muerte reconcilió las dos orillas de una ciudad bastante maltratada por los egos de dos presidentes demasiado protagonistas. La desaparición del sevillista sembró una hermandad en la ciudad, que pese a las habituales rencillas, nadie ha conseguido resquebrajar.

Resulta paradójico e incluso poco apropiado resaltar todo lo positivo derivado de un suceso tan trágico, pero es imposible obviar cómo han mutado determinados aspectos del entorno del fútbol. El Sevilla no pudo hacer nada por evitar su muerte, pese a los intentos de reanimación con desfibrilador, pero destapó los peligros de un problema real para los deportistas. Antonio Puerta hizo visible el problema a los medios de comunicación que comenzaron a recoger la necesidad real de prevenir este tipo de sucesos que igualaba a todo tipo de jugadores, desde la élite hasta el albero. A raíz de todo ello, la LFP obligó a tener un desfibrilador en los campos de Primera y Segunda División, una normativa que las distintas federaciones y organismos relacionados con el fútbol también tratan de acoger adecuándose a sus posibilidades económicas.

Pero dónde nunca olvidan es en Nervión. Su zurdo de oro, el que estaba condenado a ampliar su grandeza, y al que Luis Aragonés tenía en mente para el carril izquierdo de la selección se les comenzó a marchar un 25 de agosto. Poco importaría la goleada al Getafe. Sus corazones se helaron hasta que tres días más tarde se consumó la tragedia en el Hospital Virgen del Rocío, con miles de personas en la puerta llorando su pérdida.

Una estatua en la Ciudad Deportiva, una escuela de fútbol y sobre todo los gritos de la afición en cada minuto 16 recuerdan el patrimonio que dejó Antonio Puerta en el fútbol y la huella que dejó en sus compañeros, quiénes todavía presumen de haber compartido sueños junto a un jugador, que desde el cuarto anillo velará siempre por la familia del Sevilla.

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