Monchi

Si por algo se ha caracterizado el Sevilla en plenitud del último decenio es por la agilidad a la hora de cerrar contrataciones. Durante todos estos años ha sido un rasgo inherente a la personalidad de la dirección deportiva que continúa dirigiendo Monchi.

Habitualmente las temporadas finalizaban cuando el aficionado ya conocía algunas de las caras nuevas de la próxima temporada, fundamentalmente jóvenes apuestas en las que el Sevilla debía confíar dada la contrastada experiencia de la secretaría técnica de su club. Incluso recién finalizada la campaña se iban acumulando las nuevas adquisiciones hasta llegar a la pretemporada con el 90% de la planificación cerrada.

No parece éste el camino a seguir por el Sevilla de la temporada 2013-2014, que parece más esmerado en el capítulo de salidad que en el de llegadas. Tras la venta de Navas, hay varios hombre que se encuentran en el disparadero, lo que marcará a buen seguro el esquema a seguir a la hora de remodelar la plantilla. La marcha de Víctor Orta también ha supuesto un ejemplo bastante gráfico de las dudas que en esta época del año arrecian en la dirección deportiva.

Del Nido quiere hombres en lugar de nombres, por lo que la nueva política parece ajustarse más a la paciencia en busca de gangas, descartes de equipos grandes para los que no se requiera un gran desembolso. De momento, el sevillista no conoce a sus nuevos jugadores, pero será cuestión de tiempo que los fichajes comiencen a llegar a Nervión para confeccionar un nuevo proyecto caracterizado por el compromiso y esa hambre que tanto se ha echado de menos en el Sánchez Pizjuán durante los últimos años.

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