En un partido trepidante, el vallecano se exhibió con cuatro goles para atar la novena plaza, que a expensas del TAS, llevaría al Sevilla a Europa. El Valencia, aunque apretó al final, se queda sin plaza de Liga de Campeones.
De Negredo se han dicho muchas cosas a lo largo de esta campaña, pese a que a base de goles ha mantenido a raya su prestigio incuestionable como figura. En ocasiones, incluso, celebró algún que otro tanto con la rabia del incomprendido, del que cumple y no cree recibir el necesario reconocimiento. Pero si había alguna duda, si quedaba algún resquicio en cuanto a su valor, el madrileño se encargó de solventar todo tipo de debate con un partido memorable, sólo acorde a los jugadores verdaderamente grandes.
Tal vez necesitaba un encuentro como el de esta noche, sobre todo justo en esta semana difícil en la que Vicente del Bosque le había dejado fuera de la lista de convocados para la Copa Confederaciones. En los micrófonos, cuando le preguntaron por el tema, fue diplomático, discreto, pese a que por sus goles y rendimiento tenía argumentos sobrados para decir alto y claro que merecía estar ahí. Pero calló, quién sabe si porque tenía decidido hablar en el campo como sólo saben los fuera de serie. Lo hizo levantando al equipo cuando peor lo pasaba con una chilena tremenda en la que sólo creen futbolistas de su carácter ganador, y luego machacando a un correoso Valencia que nada pudo hacer ante su incuestionable estado de gracia. Era la noche de Palop, el sábado de su despedida, pero Negredo también quiso poner su sello y rubricar con un célebre póker un triunfo que a día de hoy clasifica al Sevilla a Europa, a expensas de lo que dictamine el TAS.
Todo en un encuentro que comenzó bien, se puso casi imposible y acabó desatando, con una vibrante remontada, gran parte de la frustración acumulada de una afición sevillista que ha sufrido mucho en esta campaña. El choque comenzó con el Sevilla mandando y el Valencia a la espera de acontecimientos. Los primeros minutos fueron de tanteo, pero era el equipo de Unai Emery el que más se acercaba a la meta contraria. Los andaluces, que jugaban con Palop en la puerta y las novedades de Cicinho por Coke y Alberto Moreno, de nuevo en el lateral, por Botía, triangulaban bien y parecían tomarle el pulso al partido, sobre todo cuando Rakitic, que mandó un disparo desde la frontal arriba por poco, y Negredo, después de inventarse una jugada marca de la casa, ponían en aprietos a Guaita. Pero cuando mejor estaban los locales, apareció Banega en el minuto 12, se fue de quien le salió al paso y fabricó uno de esos goles que sólo se logran una vez en la vida.
El tanto del argentino borró al Sevilla del campo. El equipo nervionense no estaba cómodo, pero sobre todo jugaba con poca convicción, muy apesadumbrado, ante un Valencia que, todo lo contrario, cuando salía a la contra desataba el miedo. En el minuto 23 Soldado tuvo el segundo, pero remató al larguero y más tarde, con el Sevilla herido de gravedad, Palop en varias ocasiones respondió bien con oportunas intervenciones que mantenían vivos a los suyos.
En ese panorama desalentador, el Sevilla le fue perdiendo el miedo al choque y con cinco minutos de furia y orgullo le cambió la cara de forma inverosímil. Todo, sin duda, gracias a un futbolista mayúsculo que tiene el suficiente arrojo para inventarse una chilena rodeado de contrarios y lograr un golazo de escándalo. Así de simple y así de grande el golazo que firmó Álvaro Negredo, cazando al vuelo un una dejada de Medel. El empate puso cardiaco al Sevilla, que aprovechó el tirón y en la siguiente jugada, tras una cabalgada excelente de Perotti, que acabó siendo derribado dentro del área por Costa. Negredo tomó la pelota para sí y machacó a la red desde los once metros, engañando a Guaita. El Valencia no sabía por dónde le llegaban los golpes y aún le quedaba otro por recibir antes de irse al descanso, después de que Jonás se fuera a la calle con roja directa por un manotazo a Alberto Moreno.
El partido no se podía poner mejor para el Sevilla, que se iba al descanso con el guión soñado, sobre todo porque el Sevilla de estar casi muerto se iba pletórico. En la reanudación Valverde se jugó el todo por el todo, prescindiendo de Albelda y sacando a Feghouli. El Valencia no perdió presencia ofensiva y Soldado, después de avisar una vez con un cabezazo que se fue por poco, empató el partido en el 56.
El choque tomaba otro cariz, aunque por poco tiempo, porque la noche era para el nueve, para el nueve del Sevilla, el que no va a la Copa Confederaciones pese a sus 31 tantos. El Sevilla, lejos de amilanarse con el tanto che, respondió en tan sólo un minuto, con una jugada muy vertical, que acabó en una asistencia de Alberto Moreno a Negredo, que sólo tuvo que empujar. El Valencia, descompuesto y acusando su falta de empaque en la medular, recibió otro golpe idéntico cuatro minutos más tarde, aunque por la otra banda, esta vez con servicio de Rakitic, que de nuevo mandó Negredo adentro, completando una exhibición soberbia.
Al final, Soldado volvió a responder en el duelo de goleadores nacionales y anotó en posición acrobática el 4-3 definitivo, pero era demasiado tarde como para que los tres puntos se le escaparan a los de Unai Emery. Con el pitido final, todo el protagonismo pasó a Andrés Palop y a su despedida. Ahora sólo hay que esperar a la decisión del TAS para ver si el Sevilla vuelve a Europa.
Sevilla F.C.: Palop, Cicinho (Coke, m. 69), Cala, Fernando Navarro, Alberto Moreno, Medel, Kondogbia, Rakitic, Jesús Navas, Diego Perotti (Stevanovic, m. 63) y Negredo (Babá, m. 86).
Valencia C.F.: Guaita, Joao Pereira, Ricardo Costa, Mathieu, Cissokho, Albelda (Feghouli, m. 46), Dani Parejo, Jonas, Éver Banega (Víctor Ruiz, m. 78), Canales (Viera, m. 65) y Soldado.
Goles : 0-1, minuto 12: Éver Banega. 1-1, minuto 39: Negredo. 2-1, minuto 43: Negredo, de penalti. 2-2, minuto 56: Soldado. 3-2, minuto 58: Negredo. 4-2, minuto 60: Negredo. 4-3, minuto 88: Soldado.
Arbitraje : Clos Gómez, aragonés. Roja directa para Jonas. Amarillas para Soldado, Ricardo Costa, Albelda, Fernando Navarro, Joao Pereira, Cala, Coke y Feghouli.