Sevilla 3

Si alguna lectura positiva puede hallarse en la derrota del Sevilla ante el Atlético de Madrid, es el carácter que los de Emery imprimieron al duelo durante los 90 minutos.

Durante la temporada en curso, el Sevilla ha sido un equipo de muchas caras, generalmente partido en dos. Un equipo notable en ataque, aunque con dosis de sequía goleadora, mientras la mediocridad en defensa castigaba con goles en contra cualquier partido que apuntaba al empate.

Pero por encima de claves del juego, la actitud ha sufrido continuos vaivenes durante la irregular campaña sevillista. La apatía, fundamentalmente en las salidas, ha aparecido en los jugadores sevillistas como una losa que soterraba las condiciones sobre el terreno de juego.

El Sevilla dejó muy atrás este defecto ante el Atlético, en un partido muy intenso donde los nervionenses nunca huyeron de la batalla que propuso el rival. Destacó el compromiso y la solidaridad de todas las piezas del novedoso esquema de Emery, para atar en corto a la potente delantera atlética, que sólo logró mojar con un tanto a todas luces ilegal.

En cambio, las buenas prestaciones defensivas contrastaron con un descenso del rendimiento de la delantera, que no obstante, mereció marcar en varias ocasiones. Mientras en la resta el Sevilla defendía con tres centrales, en fase ofensiva mantenía sólo a dos, pues Navarro actuaba como lateral, junto a Coke, el más atacante de los carrileros, propiciando el traslado de Jesús Navas hacia el centro, donde no se encuentra nada cómodo, por lo que los nervionenses perdieron una de sus vías de ataque más significativas.

La acumulación de hombres en el mediocampo propició un embudo donde ni Rakitic, ni Reyes, ni Navas encontraron la clarividencia necesaria para el último pase, lo que tuvo como consecuencia la inhabilitación de Negredo ante el gol, quien anduvo muy perdido durante todo el encuentro, pese a gozar de varias oportunidades al final del partido.

Aunque debe modificar los defectos de un esquema táctico con demasiados matices, el Sevilla encontró ante el Atlético el carácter necesario para encarar las seis finales que restan para el final de una temporada muy complicada para los nervionenses.