Fazio y Botia

La llegada de Unai Emery al banquillo sevillista había disipado hasta el momento todas las dudas que el eje de la defensa había dejado durante la primera mitad de la temporada.

Con Fazio y Spahic, en el eje de la zaga, los nervionenses habían logrado la pareja ideal de centrales, si bien los motivos de la mejora de rendimiento radican en una labor conjunta. En este momento las sensaciones han dado un leve giro fundamentado por dos motivos bien diferentes. El primero es la inesperada marcha de Spahic al Anzhi. El bosnio se había convertido en el líder de la defensa y había dotado de cierta seguridad al siempre dubitativo Fazio, que también había mejorado sus prestaciones. Tras compartir pareja con Botía en Barcelona con un resultado medianamente satisfactorio, la semifinal de Copa era una prueba de fuego para comprobar la fiabilidad sevillista con este dúo.

Y el resultado fue negativo. Porque el Sevilla comenzó a perder la eliminatoria por los centrales, que sucumbieron en las contadas llegadas atléticas ante la siempre complicada de contrarrestar calidad de los delanteros colchoneros. Tanto Fazio como Botía erraron en el primer gol, ambos muy contemplativos en el primer gol para permitir el control, recorte y disparo de Diego Costa. Y tampoco mejoraron su actuación en el segundo gol cuando Falcao se anticipó a Botía con una facilidad apabullante, antes de que su compañero no lograse interceptar a Costa.

Ante tal situación, Emery continuará probando en el centro de la defensa en busca de la fórmula perfecta que haga olvidar al otrora líder de su defensa. Retrasar a Maduro, apostar por Cala, o tirar de la cantera son algunas de las variadas opciones con que cuenta al vasco para pulir una defensa que con la marcha de Spahic ha recibido un duro golpe.

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