Se le pedía ante todo, después de la imagen de años anteriores, que compitiera. Que se lo pusiera difícil al FC Barcelona en su estadio. Y lo hizo durante la primera media hora de juego, en la que el Sevilla fue el de sus primeros partidos de la temporada en a domicilio. Sin pesarle el escenario, el equipo presionó, encimó y llegó al área contraria, haciendo trabajar a Ter Stegen.

Sin embargo, a diferencia de los nervionenses, el Barcelona llegó por primera vez a los 27 minutos y Luis Suárez se sacó de la manga una chilena para desequilibrar el partido. A partir de ahí, todo lo que se había construido a falta del gol, se desvaneció para dar paso a una rotunda derrota ante los de Valverde. Una más en un escenario que se le sigue negando al Sevilla en LaLiga desde hace 17 años.

Nada más comenzar se vio a un Sevilla que sorprendía, por ímpetu, a su rival. Messi apenas si tuvo contacto con el balón en los primeros compases, en los que De Jong, a centro de Navas, obligó al meta barcelonista a emplearse a fondo tras apenas once minutos de juego. Casi sin descanso, Fernando enviaba arriba un cabezazo tras saque de esquina con Ter Stegen batido.

Pasado el cuarto de hora llegaba otra clarísima de De Jong, que en el segundo palo no acertó con la izquierda y la mandó fuera. Mientras, el Barcelona se estiraba en algunas contras pero sin inquietar ni lo más mínimo a Vaclík. Nada hacía presagiar un 3-0 al descanso, pero tras un nuevo cabezazo fallido de De Jong, que picó su remate en exceso, iba a llegar el mazazo.

Centro de Semedo desde la izquierda y remate impecable de Luis Suárez en el segundo palo. De chilena y con la izquierda, la ponía abajo y pegada al palo, imposible para Vaclík. Ya no dio tiempo para la reacción sevillista, pues apenas cinco minutos después y tras varios rechaces, Arturo Vidal recibía solo y batía con pillería la meta sevillista.

Demasiado que remar para un Sevilla en shock, que veía además como Dembélé, en acción personal, sentenciaba a diez para el descanso con un potente remate. Hubo atisbos de reacción cuando el descanso ya asomaba, pero tampoco entonces acompañó la fortuna. Sobre todo en un tiro cruzado de Ocampos que salió cerca del poste derecho de la meta de Ter Stegen.

Lopetegui movió ficha tras el intermedio y dio entrada a Joan Jordán y Munir para que su equipo recuperara el pulso. Y nada más salir, nuevo intento de De Jong, que tras robar en el borde del área remató al poste cuando ya se cantaba el 3-1.

Fue enfriando el partido el equipo culé con el paso de los minutos, ante un Sevilla que no se volvió a desconectar pero que tampoco veía en el Barcelona a ese equipo volcado que había sentenciado en la primera parte. Chicharito ocupó el lugar de De Jong en el tercer y último cambio del equipo sevillista, un partido sin ningún atisbo de fortuna para el holandés.

Sólo faltaba un hecho recurrente para terminar de darle la puntilla al equipo y acabó llegando. Messi, en su primer gol en la presente edición de LaLiga, batió desde la frontal a Vaclík ya en la recta final, un gol que terminaba de desesperar a un Sevilla al que no le salió nada.

Aún así, toca destacar el buen partido de Fernando y Diego Carlos en la labor defensiva, que de nada sirvió en lo referente al marcador. A título de anécdota, se quedó con nueve el Barcelona por rojas directas a Araújo y Dembélé en los últimos minutos. Ahora toca afrontar el segundo parón de la temporada y volver con todo en la próxima cita en casa, en la que los sevillistas recibirán al Levante UD.