Nos quedamos con la victoria, que el Sevilla tuvo que trabajársela más de los esperado. Y eso que el rival casi no creó peligro que hiciera aplicarse en defensa. Faltó precisión.
No ha sido un partido frenético y vibrante, pero al Sevilla le ha valido los tres puntos y ha dado mejor imagen que la pasada jornada.
A los de Marcelino les ha faltado precisión y acierto. Buscaba el área desde las bandas, a través de Perotti o Navas. También desde el centro del campo, con los envíos de Trochowski. Destacaban más que el rival, que no ha creado apenas peligro.
Casi sin tocar área, pues, el rival asumía su papel defensivo y ejercía presión. Lo conseguía, porque el Sevilla lo intentaba sin acierto, si bien las jugadas de peligro no eran del todo precisas.
En la segunda mitad, tras los múltiples lamentos desde la grada de la primera, resuelve Kanouté, el incuestionable. Fue a pase del trabajador Negredo, que mereció mojar hoy, en una jugada en la que también participó Gary Medel.
Hasta los instantes finales, el encuentro continuó aburrido, con la grada pidiendo la hora y rezando para que las últimas llegadas de la Real no terminasen en disgusto.
No ocurrió. El Sevilla se llevó los tres puntos, sigue invicto y comienza a trazar su camino. Le falta pero, al menos, la senda es la de la victoria.