El Sevilla comienza el año al contrario que lo acabó, ganando, a pesar de que aún faltan muchas piezas por pulir.

Pablo Pozuelo. Y es que la mala racha que transcurrió entre noviembre y diciembre del ya pasado año está salvándose poco a poco con una racha de resultados positivos que ya empezó en la ida de Copa ante el Málaga el año pasado y que se certificó en la vuelta, con una ajustada victoria ante Osasuna en Liga de por medio acabando así la mala racha en la competición liguera.

Hablaré un poco de ese partido ante Osasuna diciendo que en los primeros minutos pudimos ver jugando a un equipo parecido del que disfrutábamos no hace mucho con su juego aunque poco a poco eso fue desapareciendo, y es que a pesar de la mejoría, el Sevilla sigue teniendo muchas carencias y en esta temporada el equipo no ha jugado bien en los 90 minutos completos de un partido, presentando un mal juego o altibajos durante el transcurso de todos.

El día de La Rosaleda (nombre que por cierto quizás no dure mucho gracias al jeque) costó trabajo pero supieron abrir la lata y golear a un Málaga que estaba y sigue estando en proceso de renovación de su plantilla casi al completo, pero se demostró que a pesar de los grandes fichajes el dinero no lo es todo y estos tienen que adaptarse más tarde o más temprano.

En los dos últimos partidos, los sevillistas han presentado una actitud de casta que pocas veces se había visto esta temporada, sabiendo remontar el vuelo ante un resultado adverso. Esto supone una inyección de moral de cara a próximos partidos que pueden resultar de vital importancia, en un mes en el que se puede decidir hasta donde llegue en Copa y a qué puede llegar a aspirar en Liga, donde están obligados a ganar la mayoría de los partidos en la segunda vuelta si quieren alcanzar el por ahora lejano objetivo de la Champions.

Ante la Real Sociedad se jugó mal y tuvo que salir Negredo para tirar del carro y el equipo supo tirar para adelante y remontar, cosa que hace un mes por ejemplo hubiera acabado de forma desastrosa seguramente. Y con el Villarreal, sin duda uno de los equipos más en forma del campeonato, un partido igualado con un resultado que me parece justo, con un empate que favorece más a los sevillanos que a los castellonenses para la semana que viene teniendo en cuenta el factor campo, con una afición que tiene que apoyar a los suyos para llegar por tercera vez consecutiva a unas semifinales de Copa.

Pero como he dicho antes se siguen mostrando muchas faltas. El centro del campo sigue siendo un problema y Romaric es el único que hace algo, como se pudo ver el miércoles con sus tres centros en los tres goles del Sevilla, aunque también muestra sus altibajos. Zokora no es el mismo de la temporada pasada y se busca un jugador que pueda competir con el ante la baja de Guarente. Pero para que se traiga a un organizador habría que deshacerse de algún futbolista y ese podría ser Cigarini, que no ha demostrado lo que se esperaba de él, pero su marcha de momento son solo rumores a pesar de que Manzano parece que no cuenta demasiado con el italiano. En defensa lo de siempre, muchos fallos, demasiados diría yo. La imbatibilidad ante Osasuna y Málaga se contrarresta con los 5 goles encajados en los dos últimos partidos.

En definitiva, el equipo ha mejorado su imagen con victorias, pero el mal juego a veces y los fallos siguen indicando que aún hace falta mucho trabajo (cosa que repito en todos los artículos) si se quiere volver a hacer algo importante esta temporada.

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