La tan esperada Junta Extraordinaria de Accionistas se desarrolló el lunes en un clima de euforia contenida que se saldó con el nombramiento de un nuevo consejo de administración, con Rafael Gordillo al frente. A diferencia de las juntas oscurantistas promovidas por el imputado de la calle Jabugo, en esta ocasión disponemos de todos los detalles.

Empecemos por el principio. Las marionetas de Lopera intentaron hasta el último momento que la Junta no se celebrara. El despido del presidente de la asamblea, Antonio Jesús González Díaz, es sólo un ejemplo de las presiones a las que se han visto sometidos los béticos por parte de quienes no lo son. La Junta era imparable y tras constituirse oficialmente se le dio puerta a los muñecos manolitarios que aún quedaban en el lugar y se constituyó un nuevo consejo que, esta vez sí, está compuesto por béticos. La impugnación de la Junta por parte de Jaime Rodríguez Sacristán sirvió tan sólo para demostrar una vez más que esta gente no quiere al Betis y lo único que les importa es no perder el sillón. A tomar viento, marionetas, vosotros y vuestro amo sois lo peor que ha pasado por el Real Betis Balompié en sus 103 años de Historia. Desde aquí me gustaría agradecer a González Díaz su profesionalidad y determinación, estoy seguro de que su carrera profesional se verá beneficiada después de haber demostrado su integridad al no dejarse tumbar por las presiones que ha tenido que soportar en los últimos días. Gracias, bético, a ti y a tu compañera Carmen Zambrano.

La Junta, al fin, se desarrolló con normalidad. Rafael Gordillo fue nombrado nuevo presidente y junto a él se nombró al resto de componentes del consejo de administración: Pablo Gómez Falcón, Eduardo González Biedma, Miguel Guillén Vallejo, Antonio José Sánchez Pino, Guillermo Sierra Molina, José Antonio Bosch y Manuel Domínguez Plata. Ingenieros, abogados, economistas… Y mucho beticismo. Y todavía habrá algunos que prefieran a los indocumentados (y manifiestamente inútiles) que nos tocó padecer durante 18 años. Y lo mejor de todo, ninguno de los integrantes del nuevo Consejo de Administración tiene antecedentes penales… Ahora toca trabajar y mucho, suerte.

No quiero dejar pasar un detalle que no se ha comentado demasiado pero que resulta significativo después de tantos años de oscurantismo. La presencia de medios de comunicación, pudiendo entrar a la sala y fotografiando a los presentes, registrando lo ocurrido, era algo impensable en tiempos del imputado. Ahora que el proceso judicial avanza y se están levantando las alfombras sabemos el por qué de esa forma de proceder.

Gordillo y el resto del consejo se pusieron manos a la obra el mismo martes bien temprano, acudiendo a las oficinas del estadio Benito Villamarín. Saben que tienen mucho trabajo por delante y no hay tiempo para el descanso. Es mucha documentación la que tienen que estudiar para conocer cómo está realmente el club. Ya el primer día de trabajo se han encontrado sorpresas. Para empezar, una multa de 1,5 millones de euros impuesta por la FIFA que de no abonarse supondría una sanción de seis puntos. Es sólo un pequeño detalle del desastre que se está encontrando el nuevo consejo y que se habían encargado de silenciar primero Lopera y después su discípulo Luis Oliver.

A partir de ahora, toca trabajar, trabajar y trabajar. Es el momento de sacar esto adelante y estoy seguro de que lo conseguiremos. Sólo un apunte, aviso para navegantes: toda la mierda que el nuevo consejo se vaya encontrando y vaya haciendo pública es herencia de Lopera y, en menor medida, de Oliver. Con todo y con eso saldrán los típicos zoquetes que no dan para más y que dirán que la deuda y las apreturas que vengan son culpa de Gordillo y compañía. Que nos lo ocultaran los mandamales no significa que no existiera, que nadie lo olvide.

Llegan tiempos difíciles pero ilusionantes. Al fin hay gente competente en el Consejo de Administración del club, ni obtusos ni con antecedentes penales. Como he dicho en más de una ocasión, queda mucho camino por delante. Deportivamente el equipo va bien y no tiene por qué cambiar esta situación, al fin y al cabo la plantilla es la misma. Y en los despachos, se empezará a poner orden en el caos que nos han dejado como herencia los peores gestores de la historia del Real Betis Balompié. A trabajar.

Por Ismael F. Cabeza

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