El canterano Israel logró el tanto de la remontada/Rbb

Golpe en la mesa de un equipo que nunca se da por vencido y que está demostrando que esta temporada sí va en serio a por el ascenso.

Ismael F. Cabeza. Buen partido el que se pudo ver en Heliópolis el mediodía de ayer. El Valladolid es un buen equipo (hasta ayer lo había ganado todo y no había recibido ni un sólo gol) y a buen seguro será un rival directo así que el resultado cosechado es importante por partida doble. Si la temporada pasada nos quejábamos de no haber ganado a casi ningún rival de la parte alta de la tabla, en esta hemos comenzado venciendo a Elche y Valladolid, dos equipos que a priori estarán arriba al final de la temporada.

El partido comenzó con mucho respeto por parte de los contendientes. El Betis intentaba dominar el juego y el Valladolid hacía lo propio. Partido de ida y vuelta hasta que Marc Valiente en el área pequeña, en una de las escasas desaplicaciones defensivas de los verdiblancos, anotaba el 0-1 a la salida de un córner. Jarro de agua fría para los pupilos de Mel, que podrían haberse adelantado minutos antes gracias a un tiro al palo de Juan Pablo Caffa. La ventaja de los pucelanos al descanso obligaba a apelar a la épica para conseguir la remontada.

Y como no me canso de repetir, este Betis está hecho de otra pasta. Fue fundamental marcar el gol del empate a los tres minutos de la reanudación. Rubén Castro se anticipó a todos en el primer palo y empujó a la red el pase de Salva Sevilla a saque de falta. El empate, no obstante, no hizo mella en los visitantes, quienes por medio de Calle a punto estuvieron de volver a adelantarse en el marcador. El delantero echó fuera un balón franco a puerta vacía.

Los cambios de Pepe Mel resultaron fundamentales. Caffa y Momo, sobre todo este último, no estaban aportando gran cosa y los recambios le dieron otro aire al equipo. Beñat e Israel aportaron control y velocidad al juego y el Betis mejoró mucho con su presencia. Una gran jugada de Miguel Lopes rematada de cabeza por Israel llevó al marcador el que sería el 2-1 definitivo y a partir de ahí el Betis controló bien el partido; los visitantes tuvieron más la pelota pero sin crear demasiado peligro y Emaná, Castro y compañía no supieron aprovechar las contras de las que dispusieron. Fin del partido y tres puntos más al zurrón bético.

Este Betis…

Los jugadores van a cada balón como si fuera el último, pelean sin cesar hasta el final sea cual sea el resultado, jamás se dan por vencidos y juegan como un equipo. Estos son los ingredientes que nos tienen invictos. Miguel Lopes hizo un partido tremendo, bien en defensa e incorporándose al ataque con mucho criterio. Dorado está enorme, siempre bien colocado y sabiendo qué hacer en todo momento. No sé cuántos kilómetros hizo Iriney pero se vació en el campo, Rubén Castro no apareció en la primera mitad pero en la segunda marcó el gol del empate y su movilidad trajo de cabeza a la zaga pucelana e Israel volvió loca a la defensa y marcó el gol de la victoria. Para mí, los mejores del partido.

Cuatro partidos ganados, doce puntos de doce posibles que permiten soñar con el ascenso. El rival de ayer era de lo mejor de la categoría y la victoria es de las de peso. Pepe Mel ha sabido insuflar al equipo la sangre que parecía no correr por sus venas hace tan sólo tres meses y el trabajo está dando sus frutos. Próxima parada: Albacete.

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