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Los hombres de Pepe Mel dieron la vuelta a un marcador que se puso cuesta arriba al final del primer tiempo. El Betis derroca a un Valladolid hasta ahora invicto y asume el liderato. Emaná, Miguel López y Belenguer, los hombres del partido.

Ángel Espínola. Ingeniería punta. La maquinaria que ha logrado diseñar Pepe Mel funciona a la perfección. Cada engranaje realiza su trabajo y el combustible, que es la afición, es de refinería exquisita. Hoy Mel, el ordenador central de este letal artefacto, preparó el partido de forma espléndida. El partido y la charla del descanso, pues el Betis remontó en la segunda parte un partido que se le había puesto en contra en la primera cuando, un gran Marc Valiente, había adelantado al Valladolid.

Se acabó la imbatibilidad de los pucelanos y se acabó su liderato, en detrimento de un Betis cuyo contragolpe asusta hasta al cámara de Canal Plus por la dificultad de grabar a una velocidad tan extrema.

El Betis tomó el dominio del partido desde el primer momento. Movió la bola, la acarició, pero faltaba algo más de mordiente en el ataque. La garra de Emana moría al entrar en el área y Rubén Castro parecía no haber salido a jugar.

El Betis dominaba pero el Valladolid se encontró con un golpe de suerte. Suerte o calidad, la del ex sevillista Marc Valiente que en el 37 se elevó más que nadie para anotar el primero de la mañana. Jarro de agua fría con el que el Betis se iba al descanso. Era superior, pero perdía ante el líder, la hazaña no iba a ser nada fácil.

El agua estaría helada o fue Mel el que la enfrió, porque nada más salir de los vestuarios los verdiblancos estaban mucho más despiertos. Tanto que Rubén Castro, el más dormido hasta el momento, sacó su puntera para empatar el partido en el 1 de la segunda, tras un excelente saque de córner de Salva Sevilla.

El Valladolid despertó también entonces, y comenzó a crear peligro por medio de Calle, que falló en boca de gol el 1-2. Pero cuando peor estaba el Betis apareció Miguel López, desconocido hace unos meses y posible estrella dentro de otros cuantos. Su jugada fue espectacular: Se corrió toda la banda, desde atrás, se fue del defensa, centró e Israel, que andaba por el área, sólo tuvo que empujarla.

Remontaba el Betis, y ya hasta el final se dedicaría a guardar, con mucho esmero, un resultado que la da el liderato y le confirma como el principal aspirante al ascenso. La dupla Dorado y Belenguer cumplió con creces su trabajo y la afición pudo oír con entusiasmo el pitido final con el que se consumaba la sexta victoria consecutiva del Betis esta temporada. Lo siguiente, seguir la racha.

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