Cinco derrotas en otras tantas visitas a tierras levantinas (Alicante, Castellón, Elche, Murcia Valencia). Cinco derrotas en sus últimos cinco encuentros a domicilio (Elche, Murcia, San Sebastián, Soria y Valencia), con un balance de cero goles a favor por once en contra.

Ismael F. Cabeza. ¿Merece ascender un equipo que presenta estos números? Rotundamente no. Esas son las estadísticas a domicilio de un Betis cuyo escudo siguen arrastrando dirigentes, entrenadores y jugadores allá donde van. La de ayer en Valencia fue la enésima función circense perpetrada por un equipo que no sabe a qué juega y que convierte en estrella a cualquier rival que se le plante enfrente.

Es probable que Lopera se cargue a Tapia (igual a estas horas el cordobés ya ha sido cesado), ya se está publicando que le sustituirá Víctor Fernández aunque quién sabe si no se trata de la siempre penúltima cortina de humo loperiana. Pero no nos engañemos, el gran problema del Betis tristemente seguirá estando al frente de la entidad y seguirá riéndose de unos aficionados que ayer, como siempre, acompañaron a su equipo en el Ciudad de Valencia y se marcharon cabizbajos y abochornados por el enésimo ridículo a domicilio.

Poco hay que decir cuando el propio entrenador verdiblanco afirma que el partido era de empate y que el Levante ganó por su acierto a balón parado. Espléndida mentalidad la de conformarse con un miserable partido de empate ante un equipo que, no nos engañemos, mostró el mismo nivel que todos los contrarios ramplones han mojado la oreja a los de Tapia.

Pero esta es la triste realidad del Betis de hoy, un equipo normalito de segunda donde sus aficionados sólo pueden rezar para que una jueza meta mano por fin en las entrañas de un club que se desangra sin remedio.

Es cierto que los de Tapia aguantaron toda una primera mitad sin recibir un gol, algo que fuera de casa es noticia. Pero claro, si no se dispara a la portería contraria se corre el riesgo de que el contrario, en una acción aislada, anote un gol que se sabe que el Betis no va a poder remontar por la falta de argumentos de todo tipo que muestra el equipo. Golazo de Rubén Suárez de libre directo, tres puntos que vuelan y fin de la historia.

No voy a perder el tiempo intentando explicar qué pretendía Tapia con el once titular que plantó sobre el césped. Da igual quien juegue, da igual que perdiendo 1-0 hiciera un cambio jugador por jugador en lugar de dar entrada a otro jugador de ataque (Dani, por ejemplo). Pero el gran problema bético no es deportivo, no nos engañemos.

La actitud de la plantilla es fiel reflejo del estado de dejadez en el que está inmersa la entidad a todos los niveles y eso no se va a solucionar con un cambio de entrenador (la salida más fácil) o cambiando la plantilla por completo.

Sin dar dos pases seguidos, sin presionar al contrario, sin saber si se juega a defender o a atacar, cualquier esperanza de ascenso hoy en día se antoja utópica. Seguro que en los medios de comunicación del club seguirán intentando vender la moto y se inventarán cualquier noticia en las próximas horas (si no lo han hecho ya) para tener entretenido al personal: Que si el ascenso está a cuatro puntos, que si unión, que si hay que apoyar al equipo, que si Lopera está dispuesto a sacar esto adelante que si bla,bla, blay bla.

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