Antonio Tapia, entrenador del Betis durante la entrevista/Paco Cordero
Amable, cordial y trabajador. Así es el encargado de devolver la ilusión a la afición verdiblanca. El entrenador del Betis nos desgrana la actualidad del club a la vez que nos recuerda su etapa como jugador y entrenador.
 

Paco Cordero/Anabel Montero. Tras una semana complicada en Heliópolis por la última derrota bética, entramos al estadio del Betis puntuales a nuestra cita y por nuestros ojos pasean una y otra vez, gran cantidad de personajes y personalidades afines a la entidad que muestran distintas impresiones.

Entre los personajes abundan personas mayores, entusiastas del beticismo que toman el recinto como una prolongación de su domicilio familiar. Uno de ellos, un señor que nos cuenta como cada vez vive con más nervios los partidos de su equipo en casa, incluso se sale antes de que terminen, “no tengo edad para estar sufriendo por esto”, comenta.

Después de un tiempo rememorando la historia de uno de los clubes centenarios del fútbol español, el jefe de prensa del club, Manuel Reyes, asoma la cabeza por la puerta de vestuarios y nos llama para que entremos. El entrenador nos está esperando.

Trabajador, humilde y metódico

En una sala de fisioterapia contigua al vestuario bético aguardamos con cámara y grabadora en mano cuando llega el entrenador del Betis, Antonio Tapia Flores (Baena, 13 de Noviembre de 1959), nos saluda amablemente y nos cede las dos sillas que había mientras va a buscar otra para él. Parece un poco cansado, fruto de la preparación de un partido importante como todos en esta temporada para el club, pero con disposición e interés de responder a nuestras preguntas.

«Antes para jugar al fútbol nos bastaba con dos latas o piedras para hacer la portería»

Quizás esta actitud cordial y agradable le viene de familia, la cual tuvo que emigrar desde Baena hasta la Costa del Sol donde el ‘boom’ de la construcción crecía y le permitió a su familia tener un puesto de trabajo. Concretamente Fuengirola fue la ciudad que lo acogió y la que le nombró posteriormente como hijo adoptivo en el año 2005, hecho que agradece porque allí ha curtido su vida. Sin embargo hace alarde de modestia y considera que este premio le llega una vez que se consolida como entrenador de fútbol de Primera División, por lo tanto cuando es objeto de los intereses de la prensa. “Esto es inevitable”, apunta, “nosotros estamos expuestos a esto pero creo que hay personas en el pueblo con muchos más méritos que yo aunque es un reconocimiento bonito el cual agradezco”.

Con 50 años recién cumplidos muestra la misma pasión por su trabajo que cuando de pequeño organizaba junto a sus vecinos las ligas y competiciones con los demás barrios del pueblo. “Lo recuerdo como una etapa muy bonita. En aquella época el fútbol era el deporte al que prácticamente todos podíamos tener acceso”. A diferencia de hoy en día donde la juventud tiene un amplio abanico donde elegir, más medios, instalaciones y posibilidades económicas, los niños de entonces “nos bastábamos con poner dos carteras, latas o piedras y hacer un campo de fútbol en la calle para poder jugar. Me atraía el hecho de que un grupo de personas se reuniese y dedicásemos nuestro tiempo libre a jugar partidos”.

De un sueño roto a su actual profesión

Antonio Tapia en su etapa como entrenador del Málaga CFDe pequeño le llegó la afición jugando en el fútbol base de su pueblo, Baena, para después recalar en la cantera del Málaga CF a finales de los años 70. “Mi gran sueño siempre ha sido debutar en Primera División pero veía que como jugador no tenía salida”. Fue entonces cuando eligió cursar los estudios de Licenciado en Educación Física en Madrid aunque no empezó por ahí. “Me metí en Matemáticas pero eran muy complicadas y no me llenaban por lo que decidí cambiar a lo que siempre me había gustado, el mundo del deporte”.

Durante la época universitaria también jugó al fútbol, pero no como profesional. Sin embargo, fueron en esos años cuando empezó a asumir el mando de entrenador hasta el punto de que siendo todavía estudiante de Educación Física dirigió a un equipo de fútbol sala femenino en la escuela de fútbol universitaria. Desde ahí, apunta el técnico, “el tiempo me ha llevado a que la función de entrenador sea mi salida profesional en estos momentos”.Esa desilusión de no poder jugar en la máxima categoría del fútbol español no inquietó a Antonio Tapia. En la universidad conoció el mundo del fútbol y pensó en ser entrenador como alternativa a lo que no pudo conseguir como futbolista. Empezó en el Club Deportivo Mijas en el año 1986, sorprendentemente siendo jugador y entrenador al mismo tiempo.

Lo recuerda como una etapa difícil por el hecho de que solamente él llevaba todo el aspecto técnico del equipo. “Entrenabas porteros, llevabas la preparación física, coordinar con el delegado el tema de las comidas, los viajes, etcétera. Hoy en día tienes a quince personas alrededor tuya por lo que la función del entrenador actual es ser un gestor de recursos humanos y materiales”. Con apenas 27 años asume esa responsabilidad la cual mantiene durante tres años como entrenador.

Tras dirigir a diferentes equipos en otras tantas categorías se pone al frente de la dirección técnica del Polideportivo Ejido en 1997 hasta que tres años después consigue el ascenso del conjunto almeriense a Segunda División. Luego más tarde, en 2003 hace lo mismo con el filial del Málaga. “Creo que fueron dos etapas que me consolidaron como entrenador. Maduré mucho como profesional, hicimos cosas muy bonitas y me permitió en su momento acceder al primer equipo del Málaga en Primera División”.

A partir de entonces empezamos a conocer el llamado ‘Efecto Tapia’, ese que dice que el entrenador cordobés asciende a los equipos y cuando se marcha el equipo vuelve a descender. Se ríe cuando se lo contamos y responde: “algo había escuchado, pero hay de todo”. Es más, responde perfectamente al afirmar que “sobre todo en los momentos difíciles son los que te permiten crecer más en lo profesional y en lo personal, mucho más que cuando consigues logros importantes”.

Convencido de devolver al Betis a la élite

Si complicado fue el proyecto del Málaga en Primera, más lo era el del Betis en Segunda. Sin embargo a Tapia le atraía más. Después de la magnífica temporada del club de La Rosaleda, el técnico decidió no renovar voluntariamente. “Los entrenadores por nuestra cultura deportiva tenemos que determinar también nuestro momento para salir. Ya en otra ocasión me quedé y no salieron las cosas tan bien”. Ahí el de Baena defendió la profesión del entrenador: “Igual que lo habitual es que nos cesen, creo que el entrenador debe saber cuando ha finalizado su ciclo en ese club”.

El descenso del Real Betis a Segunda División conmovió a media ciudad de Sevilla que observaba como su entidad se debilitaba poco a poco mientras la otra mitad de la capital disfrutaba con la ambición sevillista en Europa. Desde un primer momento sonó como el entrenador elegido para el ascenso de categoría del club verdiblanco, y así se presentó porque “de lo contrario no hubiese venido”. Es sin duda un reto complicado pero “muy atractivo, un club que por historia, presupuesto y afición debe estar en Primera División”.

 

No lo tiene fácil pero está convencido de que el Betis subirá a Primera

Hasta el momento, el balance para Antonio Tapia podría considerarse ni bueno ni malo, teniendo en cuenta la altura del campeonato a la que estamos y las perspectivas que desde un inicio se marcó el club. “Lo que he vivido hasta ahora es quizás una pasión desmedida”, declaró el técnico cuando le preguntamos por su balance, “tanto para lo bueno como para lo malo”. El fútbol en Andalucía es así, y más en Sevilla, ese tipo de contrastes sin término medio”, en referencia a la exigencia de la afición andaluza.

No obstante el entrenador del Betis ya lo ha vivido en otras ocasiones por lo que es consciente de donde está y “entiendo que cuando los resultados acompañan todo va fantástico y cuando no se vive de una manera muy negativa”.

Lo que está claro es que un plantel de veinte jugadores son también personas humanas a las que le afectan de una manera u otra los problemas que desde hace un tiempo perjudican al club en el aspecto extradeportivo. “Si tu entorno es positivo pues influye de forma positiva, pero si es negativo, lógicamente también afecta. Somos profesionales del fútbol pero humanos”.

Así, la sensación que actualmente transmite la plantilla es que aún no se ha adaptado a la categoría tras el duro palo del descenso. “Nos está costando un poco porque tenemos jugadores que no habían jugado en Segunda División anteriormente e incluso algunos han recibido ofertas de equipos de Champions, y quieras o no, eso genera cierta intranquilidad en ellos”.

 «El año que viene jugaremos otro tipo de derbis y veremos que pasa»

Por ello, el principal rival del Betis, para Antonio Tapia, es el propio Betis. “Hemos de ser capaces de manejar la presión en los momentos difíciles y si lo superamos con la ayuda y el esfuerzo de todos ascenderemos seguro”. Mientras el presidente del Sevilla declara que este año los derbis que jugará el equipo serán contra el Madrid y el Barcelona, para el de Baena el Betis tiene una asignatura pendiente con la afición, incluso se permite bromear diciendo que “ya el año que viene jugaremos otro tipo de derbis y veremos que ocurre”.

Con este convencimiento, la plantilla tiene razones para motivarse. Al entrenador le gustaría terminar un ciclo de dos o tres años en el Betis que denotaría que el club ascendería y se consolidaría en Primera División. “Con la colaboración de todos y si estamos unidos, será mucho más fácil conseguir el objetivo”.

Largo futuro como entrenador

En cuanto al tema de la retirada, el cordobés lo ve aún lejos. “Mientras te sigas emocionando merece la pena continuar. Por contra, cuando miras la hora, cuando no preparas los partidos, cuando se pierde ese componente de ‘feeling’ a la hora de transmitir, es el momento de dejarlo”.

La misma opinión mantiene cuando le preguntamos por la nueva generación de futbolistas. “Necesitamos que continuemos con jugadores vocacionales que disfruten con su trabajo y tengan sentimientos de pertenencia y compromiso. En general que no se muevan exclusivamente por aspectos materiales, que hay otros aspectos, la vocación, el ayudar a los demás sin esperar nada material a cambio”.

Después de desgranarnos la actualidad del Betis y del fútbol en general, concluye la entrevista con el entrenador que ha sido elegido para devolver al conjunto verdiblanco a la élite del fútbol español. Mientras nos despedimos, varias llamadas suenan a su teléfono móvil. Desde arriba le solicitan para comentar el entrenamiento a puerta cerrada antes de marcharse a casa. Nos desea suerte en nuestro futuro y en nuestra mente le deseamos lo mismo. Suerte míster.

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