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El conjunto verdiblanco, merced a un buen tramo final de liga y a la agónica victoria durante la noche de ayer ante la UD Las Palmas(1-0), logró certificar su permanencia en la élite del fútbol nacional otro año más.

Ocho meses han pasado, desde que un 23 de agosto, la temporada 2015/16 comenzase para el Real Betis. Ocho meses en los que, a pesar de acumular una racha como visitante que le colocara como el mejor equipo a domicilio de las grandes ligas europeas momentáneamente, la falta de trabajo y juego que se desprendía clarividentemente del Betis a manos de Mel provocara que el objetivo de la permanencia en su regreso a Primera División se tambalease por momentos.

Un mes de diciembre para olvidar, que, merced a un bagaje de tan sólo dos puntos en seis encuentros, y unido a la condición de haber conseguido tan sólo una victoria en lo que iba de liga como local, fraguara llegado ya el 10 de enero, y tras la derrota en Getafe por 1-0 la destitución del técnico madrileño en plena eliminatoria copera ante el eterno rival.

El encargado de reemplazar a Mel en el cargo sería otro ex-jugador de la casa, bien conocido ya por varias piezas del actual plantel: Juan Merino. Un Merino, que ya acompañaría en su travesía al equipo interinamente el pasado año precisamente, cuando fuera destituido Julio Velázquez, pero que finalmente fuese relegado por el propio Mel al segundo equipo de la entidad.

En esta ocasión, y tras acumular un total de 14 puntos de 27 posible, el linense continuiaría como entrenador definitivo de los verdiblancos, que, tras prácticamente dejar sentenciada la pasada semana ante el Levante UD, al vencer por 1-0 ante los granotas, sacar un empate de un difícil estadio como el de Balaídos, y vencer también por la mínima y de manera agónica ante la UD Las Palmas durante la noche de ayer gracias al tanto del holandés Van Wolfswinkel, consiguió certificar ya definitivamente su permanencia otro año más en la máximia categoría del fútbol español.