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Con el partido terminado, el Sporting ascendió ya que el Girona no consiguió ganar.

Con una convocatoria plagada de canteranos, hasta ocho sumando a Cejudo y volviendo a jugar Álex Martínez, con varios lesionados y con los deberes más que hechos, se presentaba el Real Betis en el Villamarín para darle conclusión ha una dura temporada en la que el objetivo cumplido es el mayor de los premios.

Calor insoportable el que hacía en el Villamarín para disputar noventa minutos de un partido en el que un oponente se jugaba mucho y el otro solo finiquitar una exitosa temporada. Quizás la intensidad era del equipo asturiano, el juego del Betis, pero las ocasiones eran del Sporting de Gijón.

Tres tuvo el equipo de Abelardo para adelantarse en el marcador. Una la desaprovecharon, otra se fue al palo y una de ellas sirvió para que Dani Giménez se luciera. La elaboración verdiblanca era totalmente adecuada para lo que requería el choque pero se le resistía el filtro del último pase en los instantes finales. Y cuando no era este aspecto, era la definición. Por esta razón Molina no pudo culminar una jugada cuando se plantaba solo ante el meta visitante.

El ritmo del partido iba por arrancadas. Había un tiempo en el que se firmaba un pacto de no agresión, se recobraban fuerzas, y pasado este periodo de nuevo existían minutos de aceleración. En uno de estos momentos del encuentro, Piccini, hoy de interior derecha, arrancaba, se iba de su par y colocaba una bola en los pies de Rubén que la mandaba fuera.

Tampoco pudo hacerlo Molina tras un buen pase de N´Diaye. Dos jugadas certificaban una mejoría en la fase final del juego bético. Parecía que cualquiera de los dos equipos podía adelantarse en el marcador porque las oportunidades iban creciendo por ambos bandos. Y así fue. El Sporting tuvo una nueva llegada y esta vez Guerrero no la desaprovechó. La defensa heliopolitana estaba muy avanzada y Carmona rompía el fuera de juego cediendo a su compañero para que marcara a placer.

La respuesta verdiblanca no se hizo esperar y justo en la jugada posterior al tanto recibido pudo empatar. Rubén centraba al área una pelota que remataba Molina por encima del travesaño. El Betis apretaba y reconquistaba el terreno que el Sporting le había arrebatado en los primeros veinte minutos. Como consecuencia de tener más posesión venía la posibilidad de establecer la igualada. Varela tardó en enchufar un tiro cuando estaba dentro del área, y Portillo lanzó alto tras una jugada individual de Cejudo. Pero fue Molina quien tuvo la más clara para el Betis. Cuéllar se precipitaba en su salida aunque entorpecía a Rubén. La pelota se quedaba muerta y el canario se la cedía a Molina que no podía superar a un descolocado Cuéllar.

El partido se convertía en un juego de zonas y se pasaba de un lado al otro sin oposición por parte del centro del campo. El Sporting se marchaba al descanso ganando e incluso podía aumentar su distancia, pero Castro mandaba fuera su cabezazo.

Molina volvía a poner el peligro verdiblanco, en el inicio de la segunda mitad, y su tiro fue despejado por la defensa tras un magnífico taconazo de Rubén Castro, en una muy buena jugada del equipo de Mel. La ocasión del de Alcoy fue secundada por una nueva jugada del propio Jorge Molina y un tiro flojo de Cejudo. Se le resistía el gol al Betis.

La dura temporada y el calor volvían a hacer estragos y le daban el mazazo al partido que se volvía lento, muy lento. Eso sí, el Betis dominaba y quería el tanto del empate y, aunque lo imaginaba, las ejecuciones no eran precisas y solo se intentaba desde tiros lejanos. Ceballos entraba en el 13’ de la segunda mitad por Piccini. Mel quería darle otro aire al choque. El Betis era mejor pero el Sporting marcaba el segundo. Jony aprovechaba un balón que se iba fuera y ponía el pie para corregir la dirección y anotar. El Betis no renunciaba al ataque y Rennella, que salió por Molina, remató un esférico que se iba a córner.

El gol mermó mucho la moral del Betis que bajó el pistón y el Sporting hizo el tercero. Isma López culminaba una jugada personal. Con el tercero, el partido se cerraba y el Betis no podía conseguir una victoria para despedirse de los suyos ante un equipo que se jugaba la vida. Final de temporada, objetivo cumplido, toca disfrutar de las vacaciones y pensar en la ilusionante Liga que se le presenta al Real Betis Balompié, la campaña que viene.