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Con el dulce sabor del deber cumplido y recibido con el pasillo de campeón por parte del CD Tenerife, así se presentaba el Real Betis en el Heliodoro Rodríguez López para saldar un mero trámite tras conseguir el ascenso la semana pasada. Mel metía muchas variantes en el equipo titular pero no por ello le iba a perder la cara al partido, ni a bajar el pistón como los protagonistas del plantel verdiblanco han afirmado esta semana.

Bien es cierto que el Tenerife se jugaba mucho pero el Betis marcaba el compás del ritmo en el primer tramo del partido. Kadir entendía muy bien el juego entre líneas y Vadillo lo imitaba por lo que la superioridad en el centro era una constante y ello se traducía en una absoluta posesión del balón. El juego ofensivo era lo que menos brillaba por parte de los dos equipos dado que apenas se hicieron daño en la primera mitad.

Pasado el minuto 25, los locales empezaron a dotar a sus acciones de mayor intensidad aunque con poco control. El choque entró en una dinámica de constantes interrupciones lo que hacía imposible ver fluidez, pero el Tenerife consiguió contrarrestar la posesión verdiblanca. Eso sí, nada de oportunidades claras por parte de ninguna de las dos escuadras y así se iban a vestuarios.

El segundo tiempo abría con dos tiros peligrosos por parte del Tenerife tras dos despejes defectuosos. Posteriormente, una cabalgada de Suso volvió a inquietar al Betis. Fueron las primeras sensaciones de agobio que vivían los verdiblancos. No lo veía claro Mel e introdujo a Portillo por Vadillo para volver a recuperar la pelota. Dani Giménez salvaba el primer gol a la salida de un córner cuando Albizua enganchó una buena volea y después detenía un tiro de Ifran dentro del área. Por aquel entonces el Betis no se sentía cómodo porque no jugaba a lo que sabe, a tener la pelota y asociarse.

El partido entró en una fase de locura porque Tenerife se fue descaradamente al ataque y el Betis contrarrestaba. Y cuando más bello estaba, llegó el gol de Suso. Ifran recibía una pelota y se la regalaba a su compañero para que marcara el primero. Ver a jugadores del Tenerife tirados sobre el terreno de juego en la celebración del gol hacía un cálculo de lo que se jugaban los chicharreros.

Mel respondió al tanto dando entrada a Molina, y minutos después a Pacheco. El propio Molina tuvo el empate pero su remate se fue fuera. El Betis no pudo empatar y el cuadro local hizo el segundo. Ifran se adelantó a la defensa y marcó. Lolo Reyes vio su segunda tarjeta amarilla por unas manos en el centro del campo y ahí se acabó el partido. Ganó el que más se jugaba aunque el Betis dominó casi la totalidad del choque.