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Decía Merino en la rueda de prensa tras el partido contra el CD Lugo que la importancia de los tres puntos conseguidos en Galicia radicaba en la repercusión que tendría en el siguiente partido en casa.

El técnico afirmaba que con ese resultado, el duelo contra el Real Racing Club se empezaría ganando con la aportación del 20% de la afición, pero el equipo enchufó antes de tiempo a la grada. En el minuto dos más concretamente. N´Diaye centraba desde la banda derecha y Dani Ceballos entraba con potencia, rabia y calidad para poner el primero en el marcador. El canterano se volvía loco en la celebración y sus compañeros con él.

A partir del gol fue todo rodado, y lo fue porque el equipo rozaba en algunos minutos la perfección. El juego fue rápido y vertiginoso. El equipo practicaba un fútbol muy acertado en pases y controles. Bien en las vigilancias defensivas y muy contundente en el repliegue. En definitiva, el Real Betis estaba bien plantado en el campo, dominando todos los conceptos y dándole al partido agresividad y calidad.

El buen juego se traducía en llegadas continuas aunque no estuvieron acompañadas de gol, como el remate que Rubén realizaba dentro del área pero que se marchaba por el lateral. El ‘24’ cruzó demasiado un balón que le llegó tras una perfecta combinación entre Kadir y Piccini. El entendimiento entre ambos fue fluido durante toda la primera mitad y la banda derecha fue completamente verdiblanca. Mención especial las cabalgadas del lateral italiano.

La grada se divertía con el juego de los suyos a la vez que le reconocía a Merino el trabajo realizado durante estas semanas. El Racing solo tenía posibilidades a la contra, y alguna tuvo, pero Bruno y Jordi se mostraron expeditivos. Y si los centrales tenían más trabajo aparecían las ayudas. Dani Ceballos estaba en todos lados. El medicentro cortó un pase cuando Adán Pérez se perfilaba para rematar. El canterano se creció con el gol y todo lo hacía perfecto. Sensacional su primera mitad. Los protagonistas del primer gol intentaron volver a asociarse en el minuto 24, pero en esta ocasión el centro del senegalés se marchaba largo y Dani no llegaba. El ritmo bajaba pero el dominio seguía siendo verdiblanco ya que los de Merino acumulaban toda la posesión del choque.

Igual de fuerte entraba el Betis en la segunda mitad y a punto estuvo de conseguir el segundo. Ni Rennella ni Rubén pudieron conectar con la portería de Mario y el balón se fue a saque de esquina. Tampoco Bruno pudo hacer gol a la salida del córner ya que el meta estuvo acertado en su remate. Las intenciones verdiblancas eran las mismas: tener la pelota y ser agresivos. Pero el Racing también tiene su orgullo y lo mostró estirándose más y llevando a incomodar mucho al cuadro verdiblanco.

La respuesta no se dejó esperar desde el banquillo heliopolitano. Merino tiró de Molina que salió en sustitución de Rennella. Después de unos minutos titubeantes, la escuadra local volvió a manejar la situación y pudo aumentar la renta de la mano del de Alcoy. Mario impidió el gol. El Racing no estaba dispuesto a dejar pasar sus opciones en el encuentro y comenzaron a intercambiarse las acciones, aunque las más claras y peligrosas eran béticas. Otra vez estuvo en posición de cambiar el resultado el Betis cuando Kadir peleaba un esférico que le caía a Rubén pero no enchufaba un buen tiro en una zona clara para él. El franco-argelino se vació en la segunda mitad y Merino le dio descanso con la entrada de Cejudo. Nada más salir, Cejudo jugó un papel protagonista en una acción que inició N´Diaye y que acabó en córner tras un tiro del franco-senegalés. Nuevamente, Bruno buscó el gol en el saque de esquina pero su cabezazo se fue fuera por poco.

Merino hacía debutar a Fabián en el Benito Villamarín. El canterano entraba por Rubén Castro y tras el cambio, llegando al área, se encontraba un balón con el que probaba fortuna pero que detenía Mario. Cuando parecía que el marcador no se iba a mover, Molina peleó una pelota dividida, la ganó y definió con una vaselina perfecta que sentenciaba el partido.

El Real Betis despide el año con su cuarta victoria consecutiva y Merino recibía el reconocimiento de una afición que ha sabido apreciar el esfuerzo de una entrenador que lo ha dado todo por el equipo. Al término del encuentro, cuando el equipo saludaba a la grada, los jugadores manteaban a Merino en el centro del campo mostrándole así su agradecimiento.