celebracion betis

El Betis visita Girona con la intención de calmar la dinámica negativa de las últimas dos semanas que ha llenado de incertidumbre el proyecto del ascenso con el foco centrado en su entrenador.

Mucho se jugarán los heliopolitanos en un Montilivi repleto de béticos, como ha sucedido y sucederá en cada envite que se dispute en tierras catalanas. La fe en el ascenso, la calidad de la planificación, el respeto de los rivales, pero sobre todo será Julio Velázquez quien más se juegue en este duro encuentro.

El técnico salmantino ha sido el principal damnifiado tras las últimas derrotas. Su capacidad para comandar los designios de un club con una masa social como la del Betis están más en duda que nunca y cualquier resultado alejado de la victoria multiplicará los juicios negativos contra su figura, lo que a su vez influirá en una plantilla demasiado débil ante el entorno.

El Girona, uno de los líderes de la categoría hasta el momento huele la sangre en su rival y tratará de extender su buena racha (tres victorias y un empate en cuatro jornadas) para dejar tocado a un Betis con muchas asignaturas pendientes en este inicio de competición.

Los problemas defensivos y sobre todo, la inconsistencia de su idea de juego no levantan demasiado optimismo en un partido donde además de una victoria, que apaciguaría momentáneamente la crisis, los pupilos de Julio Velázquez deberían ofrecer una buena imagen que ayudaría a mirar el futuro desde un prisma mucho más positivo.

Sin Lolo Reyes, pero con Xavi Torres, ya recuperado de su lesión, el Betis no presentará demasiados cambios en Girona. Si bien, el preparador salmantino baraja la posibilidad de desechar el 4-3-3 reinante en los primeros partidos para optar por un 4-4-2 que permita ubicar a Rubén Castro en su posición natural y de cobijo a Kadir en banda derecha.

Por encima de sistemas y nombres, el Betis necesita por vez primera en esta temporada sentirse el mejor equipo de la categoría, imponer el ritmo de juego y empequeñecer a sus rivales, lo que afición y cualquier aficionado al fútbol espera de un equipo con el mayor presupuesto de Segunda división, eso sí, evitando los dogmas, pues la derrota no hará peligrar el ascenso.

Sin embargo, otro fiasco volvería a magnificar el estado de caos que sufre la entidad desde hace un año, pues como dice Julio Velázquez, el ascenso sólo se logrará en junio, pero no es menos cierto que su equipo necesita urgentemente empezar a imponer su superioridad sobre el resto de escuadras para que de una vez por todas el fútbol soterre al resto de problemas.