betis fiorentina

El equipo de Julio Velázquez no pudo con la Fiorentina, en un encuentro en el que los peores presagios se intuyeron en la primera parte con un desastroso Betis pero que, en la segunda parte, fue mejorando progresivamente.

El rival no era fácil, mucho más empaque y recursos que se comieron al cuadro verdiblanco en una horrible primera parte. Los béticos revivieron en su campo los peores momentos de la desastrosa temporada pasada, a una defensa incapaz de frenar a nadie se le sumó una inexistente delantera.

Así, los italianos se aprovecharon de la barra libre y empezaron a controlar en el centro del campo, fundamentalmente porque colocar a Perquis en el centro del campo no tiene ni pies ni cabeza. Junto a Xavi Torres, el descontrol estaba sembrado. De esta manera, era cuestión de tiempo que llegara el gol visitante cuando al centrocampista peruano Juan Manuel Vargas  le llegó el balón dentro del área tras un centro de Puccini que delante de un Álex Martínez, muy perdido y Dani Pacheco fue capaz de centrar cómodamente. En ninguna de sus demarcaciones era capaz el Betis de aportar algo al partido. Ni Cedrick, ni el mencionado Pacheco daban profundidad a los suyos y con este panorama Jorge Molina y Rubén Castro estaban muy perdidos, aunque el canario sí estuvo algo más metido. El auténtico protagonista del partido era Joaquín, que no sólo volvía a su casa, sino que volvió loco a la defensa bética actuando como líder en un equipo repleto de suplentes.

El 0-1 no sentó nada bien al conjunto local, que intentó irse al ataque en busca del equilibrio pero lo que encontró fue la respuesta efectiva del rival, que se fabricó huecos a la contra para crear peligro. Así, el senegalés Kouma El Hadji Babacar, tras un bellísimo pase de Joaquín, no perdió la oportunidad de poner el 0-2 a los 38 minutos de juego.

En la segunda parte, Velázquez probó con otra fórmula y realizó numerosos cambios en el once y se notó para bien. Más enérgicos y con otra actitud, los béticos recortaron distancias cuando Matilla, a los seis minutos de la reanudación, vio portería gracias a un remate fuerte ajustado y por bajo al que no pudo responder el meta rumano Ciprian Tatarusanu.

El Betis, gracias a la movilidad de Rubén Castro y al empuje de Matilla y Nono, monopolizó la posesión y jugó con otra cara. Aunque el 4-4-2 de la primera mitad parece el sistema predilecto de Julio Velázquez, lo cierto es que el equipo funcionó mucho mejor con el 4-3-3 de la segunda. Ya sean las piezas o el esquema, los locales se sintieron mucho más cómodos subiendo la presión desde Matilla y Nono y con un Rennella que aportó muchos detalles de calidad. Su movilidad y su temple gustaron en el Villamarín, todo lo contrario que Chuli, quien incluso recibió silbidos tras varias acciones desafortunadas. También Jorge Casado desde el lateral izquierdo mejoró a Álex Martínez, participó en la jugada del gol y no se arrugó con Cuadrado, aunque la calidad del colombiano, que salió en el 62′ sembró el lógico pánico en la retaguardia.

Las ganas del Betis, pese a todo, no fueron suficientes para lograr su segundo gol y la escuadra de Florencia tampoco quiso arriesgar más, por lo que el marcador se quedó en el 1-2, tras un partido que no ilusiona a la hinchada verdiblanca, pero que al menos ha dejado un sabor agradable tras el esfuerzo de la segunda mitad.

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