El Betis se enfrenta en Pamplona al final de la peor temporada de su historia en Primera división en busca de una victoria que enviaría a su rival a la Segunda división.
Al fin llegó la última jornada de esta larga pesadilla verdiblanca, los de Calderón son el único obstáculo entre el Osasuna y la permanencia por lo que los navarros pelearán con uñas y dientes para estar el año que viene en Primera división. Partido clave para descubrir quién descenderá a la categoría de plata, el Betis fue el único que quiso esclarecer dudas con tiempo de antelación y por desgracia hoy no se juega nada. Todo al contrario que el Osasuna, su rival, que se enfrenta a su reto más difícil en su última etapa en Primera División, desde el ascenso en el año 2000, para intentar lograr la permanencia, ya que debe ganar al conjunto verdiblanco y esperar que le sonría otro resultado.
El Betis pretende buscar en Pamplona salvar su honor y limpiar la profesionalidad de la entidad. Muchos varapalos ha sufrido el equipo verdiblanco, demasiados, y su afición merece al menos un premio de consolación. La inestabilidad que ha imperado en el seno bético ha causado grandes estragos en todos sus ámbitos y ya resignados toca renacer en la categoría de plata con un proyecto nuevo e ilusionante.
Gaby Calderón ha apuntado que, tras ganar la pasada semana al Valladolid en el Villamarín, ahora quieren cerrar esta campaña del descenso con el buen sabor de boca de enlazar dos triunfos seguidos. Para este sprint final, el entrenador argentino no podrá contar ni con Juan Carlos ni con Jorge Molina.
Por el contrario, Calderón recupera al central Jordi Figueras y al centrocampista N’Diaye, quienes cumplieron ante el Valladolid un partido por acumulación de amonestaciones. En la lista de convocados destaca la incursión de dos jugadores procedentes de los filiales, como son Pozo y Pibe, además del extremo Vadillo, quien por decisión técnica se había perdido las últimas citas.
Enfrente tendrán a un agónico Osasuna, posible compañero de fatigas la temporada que viene, ya que los ‘rojillos’ han tirado por la borda muchas ocasiones para sellar la permanencia y necesitan un milagro para conseguir la salvación.
Así, están obligados a ganar al Betis, que llega descendido pero competitivo como lo demostró ante el Valladolid, y esperar que le acompañe algún otro resultado, el más factible sería la victoria del Valladolid en su casa frente al Granada.