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Con tres jugadores lesionados y un esfuerzo baldío, el Betis se despide del Martínez Valero, tras un duelo sin ritmo hasta las postrimerías, en el que los verdiblancos jugaron agazapados y no tuvieron fuerzas para ganar.

Domingo, a las doce de la mañana, el partido para el Betis comenzó demasiado pronto tras el inmenso desgaste del pasado jueves en el derbi. Por eso, el planteamiento de Gaby Calderón consistió en esperar atrás ocupando inteligentemente los espacios sobre el campo, para una vez recuperado el balón circular la pelota horizontalmente, de forma estéril, sin riesgos, y a esperar que una carrera de Cedrick o un golpe de calidad de sus delanteros les diera la ventaja.

No parecía mal plan. El problema es que el desgaste físico que propició esa ramplona estrategia condicionó todo el partido porque el Betis demostró que no está preparado para disputar dos competiciones. Entre la mala suerte y el propio esfuerzo del pasado jueves, se marchó al descanso con dos jugadores nuevos sobre el césped. Primero fue Dídac el que tras un golpe con Damián Suárez abandonó el terreno de juego para dejar su hueco a Caro en el lateral derecho, quien también acabó fuera del terreno de juego.

Pero entre medias fue Leo Baptistao quien iba a ser sustituido por sus molestias físicas. Pero una jugada desafortunada de Caro, cuya rodilla tiene muy mal aspecto, obligó a Calderón a modificar el cambio para dar entrada a Amaya, que pasó a ocupar el lateral derecho.

Con una defensa de circunstancias, y consciente de sus limitaciones físicas y técnicas, el Betis continuó con su plan en el que defendía bastante bien, pues el Elche no inquietaba a Adán, mientras que las incursiones de Cedrick y las potentes galopadas de N´Diaye ponían aisladamente en jaque a la defensa ilicitana, además de un claro penalti de Botía a Perquis que Álvarez Izquierdo debió sancionar.

Llegaba la segunda parte y el Betis salía incomprensiblemente con un jugador menos, porque Leo Baptistao estaba incapacitado para la práctica de cualquier deporte. Se echaba en falta a un jugador decisivo en la presión y la salida al contragolpe. Estuvo lento Calderón que no lo sustituyó por Vadillo hasta el minuto 70, aunque el canterano no hizo mucho más que el brasileño.

Durante el segundo periodo, el plan no se modificó, si bien es cierto que hubo momentos en los que se evidenció el pasito atrás del Betis, por lo que el Elche penetraba con más asiduidad e incluso pisaba área, mientras los heliopolitanos apenas tenían fuerzas para tirar contras, al menos hasta los minutos finales de partido cuando Rubén Castro y Salva Sevilla tuvieron en sus botas la victoria bética.

No obstante, el Elche tuvo más opciones, sobre todo porque lo buscó decididamente y porque los errores del Betis aparecieron. El partido acabó con un claro penalti de Jordi Figueras a Coro en el que Álvarez Izquierdo activó la lamentable ley de la compensación dejando las cosas tal como estaban.

Fue un partido sin ritmo en el que el empate del Betis fue meritorio teniendo en cuenta las circunstancias con las que se encontró, pero que no sirve absolutamente para nada pues incluso lo aleja hasta los nueve puntos de la salvación, evidenciando que, aunque no esté eliminado de la Liga (si no se cambian las reglas), la Europa League es la única competición en la que los pupilos de Calderón tienen algo por lo que luchar.

Ficha técnica

Elche: Manu Herrera, Damián Suárez, Lombán, Botía, Cisma, Carles Gil (Fidel 83′), Rubén Pérez, Javi Márquez, Del Moral (Gary Rodrigues 59′), Coro y Cristian Herrera (Boakye 70′).

R. Betis: Adán, Chica, Jordi, Perquis, Didac (Caro 16′) (Amaya 40’), Leo Baptistao (Vadillo 70′), Nono, Salva Sevilla, N’Diaye, Cedrick y Rubén Castro.

Árbitro: Álvarez Izquierdo, catalán. Amonestó a los locales Javi Márquez, Botía y Rubén Pérez; y a los visitantes Jordi, Chica y Nono.

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