Rubin-Betis

Cuando menos se le espera, el Betis sorprende. No hay mejor manera de describir el magnífico partido que han firmado los verdiblancos ante un Rubin Kazan completamente mareado después de tanto correr tras el balón.

Después de la clasificación del Sevilla, comienzan tres semanas muy intensas para la ciudad con los dos primeros enfrentamientos europeos de la historia entre Betis y Sevilla. Dos derbis en los que el Betis tratará de demostrar que está preparado, que es capaz de eliminar al eterno rival, y que pese a estar desahuciado en la Liga tiene argumentos para dar alegrías a su afición en una competición donde nunca ha alcanzado los cuartos de final, lo que añade un nuevo aliciente a la empresa.

Si en la previa Kazan aparecía como el río Aqueronte a través del cual el Betis se trasladaba al inframundo, la realidad, que siempre le da a una patada a la escritura, ha propiciado que Caronte tuviese piedad del moribundo devolviéndole a la vida.

El Betis ha firmado un partido esplendido, el mejor de la temporada, en el Rubin Stadium de Kazan, superando en todas las líneas a su rival. La presión ha sido el arma fundamental en el planteamiento de Gaby Calderón. Tras un inicio dubitativo, los verdiblancos trasladaron las dudas a su rival presionando su salida de balón con un centro del campo y unos laterales, ésta vez sin dudas, muy adelantados

La posesión era bética y entre Nono, Lolo Reyes y N´Diaye la movían a su antojo. El francés, por delante de sus compañeros en la medular, cumplió un papel fundamental en la presión y se hinchó a robar balones peligrosos para originar peligrosas contras. Sin que llegaran las ocasiones, el pánico cundía en la defensa tártara hasta que Jordi Figueras envió el balón al palo en una jugada estrategia y Cedrick tiró al múñeco en un claro mano a mano. Sin rastro del oponente en ataque, parecía que el guión de toda la temporada podía volverse a cumplir y que la fuerza del Betis acabaría perdiéndose en el vestuario.

Pero la suerte regresó y un disparo de Nono desde 20 metros que se marchaba fuera fue desviado hacia dentro por el guardameta rusa, poniendo al Betis por delante, al filo del descanso. El resto no fue coser y cantar, pero casi, porque aunque el Rubin trató de adelantar las líneas, el partido del Betis era excelso y siguió generando peligro liderado por un gran Leo Baptistao, excepcional moviéndose por todo el frente del ataque. El brasileño firmó la jugada del partido conduciendo el balón mientras la defensa rival reculaba y sirviendo en profundidad el gol a Rubén Castro, que volvió a hacer lo que mejor sabe, definir con calidad mediante una preciosa vaselina.

El partido ya estaba hecho y el Betis se dedicó a marear a su rival, que tuvo alguna que otra ocasión sin consecuencias, pero acabó perdido ante la seguridad de los jugadores verdiblancos. La pregunta tras el vendaval verdiblanco en Rusia es si el equipo está capacitado para batallar en la Liga. Aunque es una incógnita el gran juego de este jueves ayudará al equipo a recordar su capacidad para competir y dar alegrías a sus aficionados, que con descenso o sin él, volverán a ilusionarse con el doble derbi europeo.

Ficha técnica

Rubin Kazan: Ryzhikov, Kverkveliya, Sharonov (Cesar Navas 73’), Burlak, Mavinga, M´Vila (Abisov 76’), Kislyak, Karadeniz, Eremenko, Mullin y Mukhametsin (Wakaso 46’)

Real Betis: Adán, Juanfran, Perquis, Jordi Figueras, Dídac, Lolo Reyes, Nono (Caro 80’), N´Diaye, Cedrick (Salva Sevilla 71’), Baptistao y Rubén Castro (Varela 81’).

Árbitro: Michael Oliver, inglés. Amonestó a los locales Sharonov, Mukhametsin y Abisov; y al visitante Nono.

Goles: 0-1 (44’) Nono; 0-2 (65’) Rubén Castro.