El Betis no consiguió vencer viejos fantasmas. Un árbitro horrible y un horario que sigue siendo gafe impidieron al conjunto de Tapia colocarse en la mañana de ayer líder de la categoría. Al menos se sumó un punto, que visto lo visto es lo máximo a lo que se podía aspirar.

Ismael. F. Cabeza. Se presentaba atractiva la mañana en Heliópolis. Sol radiante, buena entrada y sobre el césped los dos conjuntos que más en forma se habían mostrado en el inicio de la temporada. Todos los ingredientes presentes hacían esperar un partido entretenido.

El comienzo no defraudó las expectativas. El Cartagena demostró que no iba a ser un convidado de piedra y tuteó al conjunto verdiblanco desde el principio, intentando tener la pelota y entrando por las bandas con peligro. El Betis, por su parte, mostró parte de su arsenal atacante en varias acciones que bien pudieron acabar en gol. Todo marchaba bien hasta que alguien no protagonista se empeñó en serlo.

Y llegó la hora de Pino Zamorano. ¿Qué decir del árbitro castellano-manchego? La teoría del fútbol dice que los protagonistas deben ser los jugadores. El problema llega cuando el árbitro, quien se supone que debe limitarse a ser juez de lo que ocurra sobre el césped, se convierte en objetivo de todas las miradas.

Desde que se conoció la designación de este árbitro para el encuentro se instaló el recelo en la casa verdiblanca. Pino Zamorano ha sido el triste protagonista de varios encuentros en los que el Betis ha salido muy mal parado y ayer se ensañó especialmente con los pupilos de Tapia.

Para empezar, las tarjetas mostradas en la primera mitad fueron toda una declaración de intenciones por parte del colegiado. Especialmente sangrante fue la primera a Arzu. No utilizó en ningún momento el mismo rasero para amonestar a jugadores locales y visitantes y esto encolerizó a la grada, que desde el comienzo mostró su animadversión (más que justificada visto lo visto) para con el castellano-manchego.

Si en la primera mitad ya había mostrado sus intenciones, en la segunda se soltó la melena y mostró el por qué es uno de los peores árbitros (si no el peor) que han pasado por Heliópolis en años. Expulsión de Arzu (justa segunda tarjeta amarilla, no así la primera), roja directa a Carlos García a instancias del linier (por presunto codazo a un contrario que en las imágenes parece un simple empujón y por tanto no debería haber sido expulsado) y a partir de ahí la locura. Pino Zamorano lo había conseguido, era protagonista y dejaba muy tocado al Betis, que bastante hizo con aguantar el aluvión del rival para al menos sumar un punto.

La actuación de Pino Zamorano, deja el Betis en cuadro

Comprobarán que en el análisis que hasta ahora hemos hecho del encuentro hemos hablado poco de fútbol y mucho del colegiado. No sólo desarmó al conjunto verdiblanco ayer sino que lo deja en cuadro para el importante enfrentamiento del próximo Domingo ante el Rayo Vallecano. A las más que probables bajas por lesión de Juanma (posible rotura fibrilar) y Pavone (tiene afectado el sóleo) hay que sumar las de Arzu y Carlos García, expulsados. Antonio Tapia tendrá que recomponer el centro de la defensa por completo.

Las ocasiones más claras del Betis tuvieron como protagonistas a Pavone, Nacho, Sergio García y Carlos García. Por parte del Cartagena dos lanzamientos al larguero (uno en cada mitad) y varias ocasiones cuando jugaban con dos más (o cuatro si contamos a Pavone, que se lesionó cuando no le quedaban más cambios al Betis, y al árbitro), pero el conjunto murciano no supo aprovechar su superioridad numérica y al final hubo reparto de puntos.

Es triste que se siga hablando más de los árbitros que del juego. Colegiados como el de ayer rebajan la categoría del fútbol español. Mientras la federación siga blindando y protegiendo a los árbitros, independientemente de los estropicios que provoquen, el fútbol español seguirá por detrás de otros campeonatos (como la Premier League inglesa) en los que, al igual que los jugadores pagan con sanciones sus errores, los árbitros pagan con la misma moneda los suyos. Sintiéndose protegidos les seguirá dando igual equivocarse, ya sea con o sin la intención de perjudicar a los clubes.

En definitiva, la mañana que se presentó soleada y con un atractivo encuentro entre dos conjuntos en forma terminó empañada por un colegiado lamentable e impropio de un fútbol tan profesionalizado como el español. El Betis tendrá en la próxima jornada, pese a las bajas, una buena oportunidad de dar un golpe en la mesa. Debe confirmar que sigue siendo el máximo aspirante al ascenso de categoría. Será el próximo Domingo ante el Rayo Vallecano y de nuevo en horario matinal.